Es difícil de creer que temas que son de importancia innegable para toda la comunidad del Archipiélago pasen de “agache” y sean tratados clandestinamente, como son la educación y la salud.
Hablamos de los foros educativos municipal y departamental, y decimos que son clandestinos porque no existe la publicidad necesaria y suficiente para que la comunidad del Municipio y del Departamento se enteren de su realización y menos que tome parte en ellos.
Es curioso que un spa produzca más ‘ruido’ que el tema de la Educación. Algo está pasando y no parece que sea esperanzador.
Desde el año 1994 las entidades territoriales deben organizar los llamados Foros Educativos que pretenden ser el principal y más importante espacio de encuentro del sector bien sea del Departamento o del Municipio. Este es el espacio donde debería haber un diálogo reflexivo en torno al “estado de la educación y hacer recomendaciones a las autoridades respectivas, para el mejoramiento y cobertura de la educación”. ¿Parece que esto sea de poca monta?
¿Qué importancia, trascendencia y tratamiento le dieron al Foro Educativo Departamental o Municipal la gobernación, la alcaldía, los medios, la comunidad? ¿Cuáles fueron los temas tratados, las iniciativas, las conclusiones? No basta con aseverar que somos o no somos Haití, de lo que se trata es de cómo empoderar a una comunidad desde lo educativo de modo que logre un auténtico desarrollo, autonomía y capacidad de ser interlocutora con cualquier agente propio o exógeno y en igualdad de condiciones.
Volviendo al tema que nos ocupa, es bueno precisar que el Foro Educativo Municipal (FEM) es presidido por el alcalde, quien lo convoca para ser realizado el primer trimestre de cada año. Allí “los participantes presentarán las ponencias y recomendaciones que consideran pertinentes y tengan relación directa con el tema fundamental del foro”, que para este año fue sobre "Mejores prácticas del Aula", pedagogía pura y limpia.
El Foro Educativo Departamental (FED) es convocado por el Gobernador y se llevará a cabo en el segundo trimestre de cada año. El tema del Foro es el propuesto por el Ministerio de Educación Nacional (MEN), que para este año, como lo señalamos, versó sobre "Mejores prácticas del Aula", y debe apoyarse en lo producido en el FEM.
Si cada año se vienen realizando estos foros desde el año 1994 hasta la fecha, como efectivamente viene sucediendo, es difícil explicar cómo en 21 años de práctica pedagógica no hayamos podido superar obstáculos y mejorar prácticas pedagógicas.
No se entiende que tanto esfuerzo e inversión, como son las “mega” edificaciones que destinarán a diferentes Instituciones Educativas no conduzcan a nada; construcciones que no pudieron ser terminadas en los plazos anunciados a pesar de las reiteradas afirmaciones oficiales en contrario y del daño innegable al buen desempeño escolar.
En esas condiciones lamentables en que trabajan nuestros maestros y aprenden los niños de qué prácticas de aula se puede hablar. Ojalá la administración entrante no tolere que tales obras se conviertan en los mausoleos o panteones (da igual) de la educación isleña.
¿Y para qué se reúne la comunidad educativa cada año en estos foros educativos?
En primera instancia, porque es un espacio de intercambio de experiencias, posibilitando aprender de lo que otros hacen, y enriquecer a los demás con lo que otros hacen. En efecto, no puede tenerse la misma práctica de aula en El Esfuerzo que en La Sagrada Familia; o en el Luis Amigó y el Bolivariano. Más aún, ni siquiera en el mismo Colegio: no es igual la Básica Primaria a la Básica Secundaria.
Lo que pasa, aunque sea duro decirlo, es que no es costumbre este tipo de comunicación entre los docentes. Igualmente, estos encuentros derivan en un aprendizaje colaborativo, donde unos aprenden de lo que otros hacen y comentan enriqueciendo las experiencias y conocimientos de todos.
De los asesores cubanos, en la época en que la doctora Elines Hayes fue Secretaria de Educación, quedó una original práctica pedagógica que ellos denominan Entrenamiento Metodológico Conjunto o EMC, el cual es definido como “un método de intervención y transformación de la realidad educativa, dirigido a propiciar el cambio o modificación de puntos de vista, estilos de trabajo y modo de actuación con el fin de obtener mayor eficiencia en su trabajo”.
Traemos a colación esta experiencia cubana, porque desde el año 2003 se ha venido ensayando esto de cualificar las prácticas de aula con mínima satisfacción por los logros conseguidos.
Intentos fallidos de “buenas prácticas” podríamos hallar en los esfuerzos que siendo Secretario de Educación el Magister Julián Davis hacía para lograr la integración del desarrollo curricular al pretender, a inicios del año escolar, que el colectivo docente planeara con sus pares del municipio la respectiva área académica; o en los del entonces Supervisor Mariano Gómez para que se estimulara el aprendizaje de la Matemática con los concursos escolares; o el encuentro estudiantil de teatro que auspició el Colegio de La Sagrada Familia y que terminó sin pena ni gloria.
Si fallaron fue más por desidia y falta de apoyo que por su inaplicabilidad. De esta forma, es poco menos que imposible llevar a las cumbres exitosas a los niños que la sociedad entrega a la Escuela Pública.
Esto de velar por la calidad educativa de su región es deber del gobernador, el alcalde, la Asamblea, el Concejo Municipal, la familia, la sociedad civil y los gremios, pero su ausencia y su silencio permanentes atentan contra el futuro de las islas.
Termina un gobierno que bien pudo haber sido la Edad de Oro de la Educación isleña; nunca ha habido un gobernador (o Intendente) educador con un Secretario de Educación del mismo gremio y difícilmente volverá a haber esta dupla. ¿Qué seguirá?
