El derecho a la Vida

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Mientras la exhortación oficial de Colombia este 5 de junio en el Día Mundial del Medio Ambiente –como país anfitrión universal– fue a comprometerse como sociedad y a salir a proteger “cada vez más nuestro aire, nuestra riqueza y todas las especies”; en varias partes del país, incluido el Departamento Aechipiélago, se siguieron cometiendo actos que desdicen claramente de aquellos postulados.

Sin ir más lejos, en la víspera de esta jornada, fueron sacrificadas más de treinta estrellas de mar (asteroideos) en un acto de flagrante inconciencia ambiental, promocionando una suerte de cacería mediática contra las llamadas 'especies protegidas', además, sin otro objetivo aparente que la trasgresión cruel e infantil de la norma.

De nada servirán los meritorios postulados lanzados a los cuatro vientos por las autoridades de todas de las naciones, si no se detienen los atentados ambientales, no solo contra las especies menores, sino  –y ante todo frente al cambio climático y el calentamiento global, generadores de efectos cada vez más devastadores de los ecosistemas y su milenaria pero vulnerable biodiversidad.

Ese mismo día, el director de Coralina, Arne Britton, expuso ante la audiencia global el programa de restauración arrecifal de la Reserva de Biósfera Seaflower.

Un propósito noble que busca cultivar corales en ‘guarderías’ para luego ser trasplantados a las áreas afectadas. Un plan real y sustentable para salvarle la vida a este ecosistema bendito donde, el pez loro (parrot fish), los tiburones, las tortugas y, claro está, las estrellas de mar, entre otras especies, también tienen el sagrado derecho de existir.

Última actualización ( Lunes, 08 de Junio de 2020 05:35 )