Unidos frente a la crisis viral

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Aeropuerto de Milán. Italia: aislamiento y parálisis. 

En tiempos difíciles los pueblos maduros, verbigracia, los que han atravesado serias dificultades y extremos sacrificios, saben, en base a sus experiencias, priorizar intereses y propósitos. Son los que permanecen unidos frente a las amenazas que una y otra vez les depara el destino a lo largo de la historia.-(Ilustración: P12)

De esta forma, ante la pandemia del Coronavirus, la unidad se debe expresar en cada gesto solidario con el vecino, compañero de labores o de estudios, y desde luego, con la autoridad. Frente a este cuadro no caben querellas políticas ni de simpatías de grupo social o de distinciones de cualquier origen.

Por lo tanto, urge una pausa. Ya habrá tiempo, faltaba más, de retomar el debate justo y necesario que garantiza la expresión democrática de todos y todas. Abarcando las legítimas protestas de la oposición y de grupos inconformes de la sociedad civil, incluyendo a los activos-influencers de las redes sociales.

Sin embargo, ahora es tiempo de demostrarnos que en las crisis podemos estar articulados en la prevención. Como sucedió en ocasiones anteriores frente a fenómenos de diferentes tipos e intensidades. Un territorio unido en el que cada uno debe comprometerse con los demás y todos con cada uno, empezando por el Estado.

Desde allí –desde la autoridad territorial– deben emanarse las directrices claras y precisas para todos. Las agremiaciones, las organizaciones sociales, las juntas de acción comunal, las asociaciones, los colectivos independientes y, desde luego, los movimientos políticos, deben ser vasos conductores para asumirlas y replicarlas en armonía solidaria.

Claro está, los llamados de atención responsables, portavoces de legítimas inquietudes como el reciente pronunciamiento de la Cámara de Comercio de San Andrés solicitando extremar medidas especiales en temas de Salud, son bienvenidos en la medida que anhelan claridades que deben ser atendidas una y otra vez. O las veces que sea necesario.

Pero eso sí: los golpes de pecho, la desinformación o las segundas intenciones que en nada contribuyen a la serenidad y estabilidad tan necesaria –repetimos–, en estos momentos de excepción, están definitivamente, fuera de tiempo y lugar. Pausa y unidad de acción, por favor.

 

Última actualización ( Domingo, 15 de Marzo de 2020 09:34 )