El dilema del agua y de la reconstrucción de Providencia

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Puede ser una imagen de montaña, cielo, lago y naturaleza

La temporada seca que atraviesan las islas de Providencia y Santa Catalina, con la monumental reconstrucción como escenario, luego del paso de los huracanes Iota y Eta, es motivo de advertencia a manera de alarma frente a la evidente disminución del recurso hídrico. (Primera parte) Fotos, represa Fresh Water Bay, Carlburn Pomare.

De un lado la comunidad empieza a resentir la sequía y el racionamiento y del otro, la Gerencia de la Reconstrucción estima que el agua será suficiente, pero hay desconfianza por la promesa de la entrega de casas en los primeros 100 días y el temor que la reconstrucción sea otro de los elefantes blancos sentados en la sala del archipiélago.


Cultura del agua

La limitación no es novedosa para esta comunidad que desde siempre ha vivido una cultura del racionamiento del agua arraigadas en el tradicional sistema de recolección de la lluvia en cisternas, infraestructura que sirvió de refugio y salvó a familias enteras durante el Iota, pero con la novedad de que ahora son más los pobladores, que hay un dispendioso proyecto de reconstrucción, que aún no empieza la temporada de lluvias y tienen como única fuente de uso un embalse o represa que por sí sola no da la talla.

“Aquí hay una cultura del agua, la gente sabe manejarla, la manera de lavar la loza, la ropa, la tradición de hacer primero la cisterna y luego la casa, naturalmente no es debido a que haya un racionamiento, sino que no hay suficiente agua”, observó el biólogo y ambientalista Germán Márquez.


Para Márquez, la escasez de agua en Providencia es relativa, lo que lo pone en un punto intermedio entre la polémica de que ocurra un desabastecimiento y que el agua rinda, menudeada para todos pero que alcance.

“La escasez es relativa cuando el recurso está, pero la demanda es mayor que el recurso disponible, entonces hay que materializar si hay una escasez absoluta o es un problema de distribución y manejo, que sería estructural, o sea que es cuando porque no se administra bien o se acapara y de eso hay bastante”, indicó.

Tanto va el cántaro a la fuente…

Según Susana Correa, Gerente de la Reconstrucción, hay suficiente agua en el embalse de Fresh Water Bay, que tiene que poder con todo lo que significa suplir de agua a 4.989 habitantes y sus actividades diarias; 1.200 trabajadores de los 2000 que estarán gradualmente y los trabajos en sí.

Para velar por el nivel del embalse, el racionamiento estipulado es de 65 litros día por persona –antes era de 114 l/d–, pero no llega con frecuencia a la comunidad, mayoría que en 40 años se ha provisto del agua de los carros tanques, teniendo la isla, otras reservas subterráneas, fuentes naturales y el agua de mar para desalinizar.

Correa dice que se están produciendo alrededor de 577 mil litros día que alcanzan perfectamente a las personas extras y a la población que hay en la isla, con la planta de agua dulce para agua tratada no potable que hay en el embalse, la planta que donaron los Rotarios y las plantas que opera la Cruz Roja y, adicionalmente, se importan alrededor de 300 mil litros que se unen a la producción.

Pero, para el director de Coralina, Arnie Britton, no se puede pretender tener la misma fuente de recurso para los residentes, sumado a los 2.000 mil trabajadores y el proceso de la reconstrucción. En un informe detallado, dirigido a la Gerencia de la Reconstrucción, a 'groso modo' expone:

“Sin tener certeza de la reducción del volumen hídrico en el embalse a causa del periodo seco de aproximadamente seis meses donde el Ideam pronosticó déficit de precipitaciones para los meses de junio y julio y suponiendo precipitaciones mínimas para el segundo semestre del año, los pronósticos revelan que habrá déficit de oferta hídrica a partir del mes de junio”.

El informe consigna además que el embalse llegaría a estar en el 30% de la capacidad, situación que pondría en riesgo la oferta ya que los pronósticos del Ideam para el 2021 indican una reducción en las precipitaciones para segundo semestre del año que estarían sumando a los cuatro meses secos previos a la temporada de lluvias, es decir que se espera un periodo seco de aproximadamente seis o siete meses.

Coralina propone que se utilice la fuente de Bouden (antigua represa) a la que habría que hacerle un camino para llegar y realizar labores de dragado para sacar el agua que podría ser utilizada para trabajos de construcción.

Estado de Fresh Water Bay

El embalse de Fresh Water Bay, es un cuerpo artificial de agua construido en 1990, cuenta con una presa en concreto de 18.5 metros de altura y 90 metros de longitud, con represamiento que cubre una extensión de 3.7 hectáreas y una capacidad inicial entre 210.000 m3 a 235.000 m3.

Según el Plan Maestro de Acueducto para Providencia y Santa Catalina (2012), se estima sin mediciones de batimetría que la capacidad útil del embalse a ese año se había reducido a unos 168.000 m3. Se asume que lo anterior ha sido por causa de los procesos erosivos de la cuenca y el cambio en el uso de suelo que incrementó la sedimentación.

Pero en plena crisis, con el cambio climático, si no llueve es malo y si llueve también, Calbrun Pomare, administrador agropecuario señala que en la temporada mojada podría haber complicaciones con la captación de agua de escorrentía superficial que alimenta la represa por la pérdida de gran parte de los árboles que con el huracán se fueron al piso, haciendo que los suelos de los predios aledaños pierdan capacidad de conducir agua.

Por su parte el ex alcalde de Providencia (2016-2019), Bernardo Bent, coincide en que es probable que la represa se quede sin agua, como ya lo experimentaron en su pasada administración cuando el archipiélago enfrentó una caótica época seca y el embalse se vació.

Bent asegura que hoy la represa tiene más capacidad que antes, porque en su administración dragaron más de 140 mil metros cúbicos de lodo, recuperando bastante espacio, por lo que ve innecesario el dragado al embalse y señala que es necesario el mantenimiento de las esclusas que al parecer desde que se construyeron no se les hace limpieza.

“Lodo como tal no hay, nosotros limpiamos el 80 por ciento de la represa, no hay mucho qué dragar pero no han hecho un estudio de batimetría antes de la contratación para dragar la represa, cuando nosotros dragamos fue porque se quedó sin agua y luego en cinco días llovió”, manifestó el ex funcionario, agregando que la única fuente de agua para suministro de consumo humano en Providencia es el embalse y en caso de una contaminación u otro imprevisto, es necesaria la utilización de otra fuente adicional.

Sentir la sed

Lo que no se quiere ver en detalle es que existe un problema de agua. Cuando los vecinos de una comunidad se unen para interceptar el paso o bloquear la carretera para exigir agua de los carros tanques, es porque existe una carencia vital.

Un habitante del sector de Agua Mansa, quién reconstruye su casa con recursos propios tenía 15 días desde que le extrajo la última gota de agua a su cisterna. Se plantó en la acera de la Avenida Circunvalar con el sol a las 12 en punto, para detener el carro tanque de agua.

Un kilómetro más adelante Liliana Montoya, conocida criadora de caballos, fue una de las primeras en advertir que la temporada seca afectaría sensiblemente a los animales de pastoreo y el ganado de la isla. Ahora se la pasa de predio en patio, arreando a siete equinos que ha rescatado de condiciones de maltrato y abandono, en busca de pasto y agua, mientras logra la misión de llevarlos a Villavicencio, para que no se mueran de sed.

Carlos Archbold, gestor cultural y empresario turístico quién usó las redes sociales, para llamar la atención del desabastecimiento que sufría tuvo que lanzar la consigna “Ninguna gota de agua. Ni acueducto ni camiones. Grave la Situación”, hasta que le proveyeron el recurso.

De otro lado, la líder cívica Josefina Huffington, ironizó sobre el dilema indicando que no es posible un desabastecimiento de agua porque debido al rezago de la reconstrucción no se estaría utilizando tanta agua.

“Si las construcciones hubieran avanzando de verdad, pensaríamos que el agua no iba alcanzar, pero al lento paso que van, parece que va a alcanzar”, expresó Huffington.

Consultada la reconocida especialista June Marie Mow, ex directora y fundadora de Coralina, expuso su preocupación en que se pueda afirmar alegremente que no hay peligro de que en Providencia se quede sin agua. En cambio, estima urgente que se haga una evaluación inmediata de cada micro cuenca, fuente y saber en qué condiciones se encuentran.

El peor escenario frente a este dilema sería en un futuro inmediato continuar importando agua, tener que traer barcos cisternas o barcos desalinizadores, para proveer a la población, mientras la otra cara de Providencia y Santa Catalina, para la que se planea un desarrollo turístico de hoteles y cruceros de gran calado, no tengan problema con el suministro, como pasa en San Andrés. ¿Qué más podría esperarse?

Nota: Espere la segunda parte de este informe con más testmonios, voces oficiales un tanto esquivas y conclusiones.

Última actualización ( Domingo, 09 de Mayo de 2021 08:14 )