La fiel guardiana de la Casa de la Cultura de North End

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Puede ser una imagen de perro y al aire libre

Como inquilina de la nueva Casa de la Cultura de North End, la perrita ‘Cultura’, se ha ganado su lugar en ese santuario, pero podría tener los meses contados cuando haya mayor circulación de gente y las normas obliguen a que no pueda entrar en el lugar. Sus dolientes piden que la dejen quedarse; la solución es construirle un hogar. Crónica.

El pasado primero de agosto, cuando el saliente presidente Iván Duque entregó la obra esta anfitriona y guardiana natural se dio a conocer. Ella no tiene la culpa de saberse dueña, fue criada por una sucesión de obreros, ingenieros, guardas y contratistas –uno de ellos la bautizó– y entre todos le procuraron tratamiento de mascota de alta dignidad.

Ese día, pese a ser de carácter desconfiado, acompañó el recorrido de la caravana presidencial y gubernamental. Se entremezcló entre la gente, olisqueó de lo lindo decenas de zapatos, olfateó mañosa el humor y las intenciones de los presentes, mientras todos pasaban lentamente de un salón a otro, espacios que llevan la memoria reciente de sus correndillas de cachorra, de su instinto explorador, de sus horas de sueño y sus ladridos juguetones, a veces demandantes. Su colita levantada y a veces guardada entre sus patas parecía moverse al compás de su orgullo y precaución.

Cada metro de concreto y el perímetro del lugar tienen sus huellas, supervisó cada hueco perforado, trepó cada columna elevada, cruzó cada piso vaciado, en una interventoría estricta y la tuvieron que amarrar para que dejara trabajar y no se expusiera al peligro, se deprimió y riñó con incansables ladridos y en esa moldeada y precoz madurez, se fue ganando el derecho a estar, a pertenecer en libertad en cada sitio.

Su historia

Cultura llegó a la obra, entre los meses de mayo y junio de 2021 de un mes y medio de edad y con su ternura y algarabía alegró la vida del personal. Fue rescatada de un basurero cercano por un trabajador de nombre Cesar. La habían abandonado junto a cuatro hermanos más, de los que se sabe, fueron llevados a diferentes hogares por otras personas.

Como esta historia, abundan los casos de abandono y maltrato animal en el archipiélago, agudizando la proliferación y sufrimiento de perros y gatos, desgracias asociadas a la mala tenencia y el mal corazón.

Por eso no fue desestimada la conducta reprochable que un único obrero tuvo con ella, cuando al lanzarle una piedra con la que pretendía hacerle juego, pese a las advertencias, le dio en el ojo izquierdo, cegándoselo para siempre y ganándose justificadamente el despido.

A Cultura, la han querido muchos trabajadores que ya no están en el lugar, como Evans y el señor Jesús; este último, todavía pasa con frecuencia a verla y dejarle prohibitivos huesitos de pollo y, Jaqueline Herrera, su madrina por excelencia, quien junto a Marisol Castrillón se encargaron de llevarla a una jornada de esterilización en el albergue departamental, en noviembre de 2021.

Samuel Robinson, presidente de Fundación Casa de la Cultura, tampoco quiere dejarla ir ni trasladarla a otro lugar; sabe que, sin la guardia y presencia de ‘Cultura’, otros perros vendrán a ocupar su sitio, ¿quién sabe con qué carácter o comportamiento? por eso ha expresado la idea de construirle una casita cerca de la zona de parqueo, desde donde podrá ejercer su dominio y seguir siendo la anfitriona y guardiana que ha demostrado ser.

Pero el tiempo apremia y, mientras, ella se ha quedado cada vez más solita pues sus tíos y tías se encuentran edificando otras promesas y adoptando nuevos perritos… ¡Que la resolución de este dilema no dependa de unas normas que pasen por encima de sus derechos adquiridos y de la humanidad de quiénes tendrían que tomar la decisión!

‘Cultura’ dará la bienvenida a los primeros niños, jóvenes y profesores, a los primeros comensales, a los primeros espectadores de un gran concierto y al nuevo personal de la Casa de la Cultura de North End. La veremos crecer con su porte de ‘rottweiler’ criollo y ojalá envejecer rodeada de todos los que construirán desde este santuario, unas mejores islas, donde todos podamos vivir en equilibrio, armonía y paz…