Había una vez una isla en el Caribe donde todos habían decidido vivir con los ojos cerrados, no eran ciegos, o tal vez sí; no eran tontos… o tal vez sí; pero la convención a la que habían llegado de vivir con los ojos cerrados los mantenía 'felices'.
Opinión







Hay algunas personas y eventos que hablan muy bien de este archipiélago, que nos dan un sitio de prestigio y buen nombre en el firmamento de medios socializadores, que nos reconocen y nos integran a la gran familia del realismo mágico, del sincretismo cultural y místico, cuyos espíritus libres celebran en sus encuentros la vigencia de sus manifestaciones populares de tradiciones ancestrales.












