En un principio fue el silencio, y luego se hizo el teléfono. Después de repartidos los primeros en las distintas instituciones gubernamentales, y una vez agotados los que empezaban con el uno, los números telefónicos de tres cifras empezaron a ser asignados a las familias del centro de la diminuta isla que lo solicitaban.
Opinión






En el rescate de la seguridad ciudadana nunca serán suficientes los esfuerzos aislados de la fuerza pública. Hay que hacer màs.
Nuestras islas y mar están en peligro por la forma inadecuada en que nos desarrollamos sobre ellas. Aún sin las actividades para exploración y explotación de hidrocarburos u otros minerales del lecho y subsuelo marino que a buena hora el Presidente ha proscrito.
Durante los últimos meses el sistema de desarrollo sostenible del archipiélago se vio amenazado por las pretensiones de explotación de hidrocarburos en el mar. Pero, en nuestro viaje a la isla de Providencia y Santa Catalina, con el fin de grabar un documental, encontramos un nuevo aire de confianza en la Nación, que se respira por doquier.












