Con la deferencia que me brinda el director de este nuevo medio, en su bienvenida, hago estas anotaciones; más adelante, expresaré mi parecer sobre temas diversos.
Sin lugar a dudas, el archipiélago colombiano de San Andrés (formado por sus islas mayores San Andrés, La Vieja Providencia y Catalina mas los atolones, arrecifes, bancos, bajos y cayos conocidos en idioma español como Serranilla, Serrana, Quitasueño, Roncador, Bolívar y Alburquerque), necesita de una ruta sostenible.
Tenemos que ubicarnos un cuarto de siglo más adelante, con el rumbo que hoy llevamos, para ver si corresponde a nuestros sueños o si por el contrario, nos veríamos abocados a la hecatombe?
El Archipiélago posee la tercera barrera de arrecifes más extensa en el planeta tierra y la primera en transparencia, visibilidad y belleza, en un mundo donde cada día hay más aficionados al buceo, a los deportes marítimos y a admirar la vida marina.
Creo entonces, que es en torno al mar como debemos diseñar la ruta a seguir, teniendo en cuenta que todo lo que hagamos o dejemos de hacer, en los pequeños espacios terrestres habitados de nuestras islas y cayos, impactan su sanidad o la enfermamos contaminando las aguas marinas del archipiélago.
Turismo sostenible debe ser nuestro rumbo.
Recordemos que una ruta de los Piratas del Caribe conectó a Port Royal con Old Providence para “asaltar” las embarcaciones españolas cursando entre el Caribe colombiano y la Habana con los tesoros de Sur América hacia Europa. Bella oportunidad para recrear, en una aventura turística, este atractivo histórico.
Conectemos a las islas nuestras con Jamaica, con Grand Cayman, con Costa Rica y con otros países del área por medio de proyectos y programas turísticos comunes, con seguridad, buen trato, honradez y conocimientos.
Providencia tiene una represa de agua que debe atenderse debidamente y evitar así riesgos que amenazan el normal suministro de este sustancial elemento a la población y a sus visitantes.