Cartagena es una ciudad en la que hasta los politiqueros hay que aplaudirlos. De eso ha habido y bastante, pero han ordeñado la vaca y la han alimentado con pasto de ese que produce a pesar de todo; o por lo menos eso es lo que uno percibe como visitante y en especial, si uno no se cree Pirry.
El cartagenero sigue siendo un anfitrión cálido, buen conversador que habla de su ciudad con cariño, pero también con nostalgia.
Saliendo del aeropuerto rumbo a Bocagrande en donde me hospedo cada vez que voy, hay que pasar por Marbella, y si usted pega un suspiro nostálgico porque de pelao se bañó en esas playas, el taxista le dirá que allí sobre esa arena corrieron desde las cinco de la madrugada -y orientados por Chico de Hierro- el Benny Caraballo, Mochila Herrera, Rodrigo Valdez y Kid Pambelé… Y cuidado con preguntarles que se hicieron ellos, porque se saben hasta la talla de zapatos que calzaban y en donde vivian las esposas y hasta las mozas de los Ídolos del ayer.
El cartagenero sigue hablando de Chita Miranda como si estuviera vivo, de Abel Leal y su último home run en el plus 60 donde juega. No olvida a Melanio Porto y apuesta que Napoleón Perea ha sido el mejor narrador de boxeo y béisbol que ha dado Colombia, olvidándose que Marcos Pérez también era Bolivarense. Si le tocas el tema dice seriamente que Marcos no era de Cartagena, sino de Calamar y que vivía en Barranquilla.
El cartagenero jura y re jura que el ‘ñato’ Ramírez no fue mejor que Rentaría porque llegó viejo a las grandes Ligas y te remata asegurándote que Cabrera Tiene más vida en la Gran Carpa que el barranquillero.
Para un taxista cartagenero, a La Quemada, famosa película que protagonizó Marlon Brando en La Heroica, la salvó la actuación del palenquero Evaristo Márquez.
Y dice además que… Paola Turbay no tiene nada que hacer ante la belleza eterna de Susana Caldas. Que Alejandro Char no le da por los tobillos al mejor Alcalde que ha dado la costa, Juancho Arango. Que Valenciano de goleador a goleador no le pone las medias a Jaime Morón. Que Sayayin es más famoso que Checo Acosta. Que Dragón y Caballero son los mejores de Colombia en este momento. Que el barrio Lo Amador a pesar estar sitiado por la delincuencia común, sigue siendo el barrio plateado por la luna, y todo porque allí nació Isidro Herrera, Pitcher ganador en 1965 del partido final de esa serie mundial ante México. Que Emisora Fuentes tiene más historia que Radio Libertad, que el Diario de la Costa de los Escallón Villa fue el mejor periódico de toda la Región Caribe. Que Simón Bolívar se murió por no cumplirle una promesa a la Virgen de la Candelaria cuando iba de paso y enfermo para Santa Marta.
El taxista de Cartagena también la vende, te convence de que el mejor Casino de Colombia lo tiene el Hotel Caribe y de que el Caribe Plaza es el mejor centro comercial del país.
Cundo le entra la nostalgia se duele de que la gente no vaya como antes a ver béisbol al Estadio 11 de Noviembre como antes, que el futbol se tomó la ciudad. Que ya no hay boxeo, que en el Palito de Caucho ya no hay las tertulias históricas de Toño Pisa y Fat la Valle, y que hasta Robinson Suárez se fue.
Pero que a pesar de todo la leche Lesa y Codegán son las mejores de Colombia, que el Centro de Convenciones es el papá de todos, que Nagot Barakat hizo los mejores colchones de Colombia, que no hay nada como el Portal de los Dulces, el Teatro Heredia, Narcobollo, el Reloj Floral, el Parque de los Leones, Mister Babilla, La Ermita del Pie de la Popa, el Parque Fernández Madrid, la India Catalina, el Pie de la Popa, Manga, el Cerro de San Felipe de Baraja, el Reloj Publico, pero que especialmente no hay un pucho mas delicioso con la novia que el de las seis de la tarde en las murallas mirando al mar.
Después de toda esa perorata publicitaria de Cartagena, usted termina lleno de envidia por todo lo que el taxista ha dicho, pero especialmente por lo que no dijo y usted sabe que existe en el Coralito de Piedra, Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Y finalmente, cuando usted se va a bajar el tipo lo remata diciendo: “si no me crees pregúntale a Juan Gossain y a Gabito que hicieron casa aquí”.