Con un ligero optimismo para unos y resignación para otros, concluyó en el recinto de la Asamblea Departamental este lunes 30 de abril, el debate de Control Político de la Comisión Séptima del Senado, sobre la incierta situación del sector salud de las islas, especialmente por el caso del Hospital Amor de Patria.
Con el gran ausente, Juan Carlos Botero, Director General de Caprecom, quien envió un delegado que no fue suscrito como corresponde, rápido se fueron esclareciendo las mayores urgencias de dar a conocer la condición jurídica del hospital Amor de Patria y la petición de los representantes asistenciales de no seguir bajo la patria potestad de esa entidad.
Así mismo, como resultado de la reunión, se planteó una mesa de trabajo próximamente, para delimitar las soluciones, lo que al parecer dejó conforme a los trabajadores, al Gobierno Departamental y demás involucrados quienes esperan que al cabo de tres meses se vislumbren las soluciones a la crisis.
Panorama incierto
Durante ese tiempo habrá que dilucidar varios aspectos de la enrarecida atmósfera que ahoga al hospital dado que se desconoce su genuina naturaleza jurídica -como se mencionó reiteradamente en el debate- y existen divagaciones financieras sobre los costos de operación, no hay estudios de factibilidad y no se sabe cuánto dinero exacto adeuda Caprecom a las EPS y demás entidades.
A esto se le suma lo que parece recrudecer el panorama con son las acusaciones de actos de corrupción que se le achacan al sector administrativo de la entidad.
Entre los viejos males, los trabajadores siguen reclamando por la inestabilidad a la que son sometidos, atraso en los pagos por incumplimientos de las cooperativas de turno, acoso laboral, escases de insumos y deterioro físico de la planta, entre otros.
Mientras tanto “un Caprecom interino trabaja a media marcha”, como lo reconoció el Senador Antonio Correa, al mencionar que “… el tema de Caprecom huele feo en todo el país”.