Recientemente, el ex embajador de Colombia en Belice y Jamaica, Kent Francis James, dijo a este medio que la jefatura del país en la CELAC "podría ser útil para poner en práctica instrumentos de integración y facilitación de procedimientos entre sus miembros para que se desarrolle la integración cultural y económica que necesitamos”.-(English version below)
Al poco tiempo, sus palabras se covirtieron en realidad cuando en Tegucigalpa (Honduras), durante la ceremonia en que el país asumió la presidencia pro tempore del organismo; el grupo sanandresano Creole le puso lírica y melodías a la fraternidad sembrando, de paso, las banderas del archipiélago al ritmo del calipso y el mentó.
Desde luego, el propósito de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), es impulsar a los territorios y fomentar los diálogos regionales que permitan un desarrollo sustentable de la región. En tal sentido será fundamental el esfuerzo que se haga para cristalizar esas políticas que se han denominado de ‘Sur-Sur’.
Por esa razón, uno de los aspectos recalcados por la delegación nacional es la necesidad de avanzar en bloque como región sin desconocer las relaciones comerciales que datan de hace muchos años con otros países y que son fundamentales para el desarrollo de varias naciones, pero las cuales deben ir evolucionando a modelos más sostenibles y de integración.
Frente a posibles situaciones adversas que se deriven, por ejemplo, de las políticas arancelarias que se han puesto de manifiesto por el gobierno de los Estados Unidos que –a pesar de la anunciada ‘prórroga’ de 90 días–, podrían poner en jaque a las economías de algunos países; la fórmula ‘Sur-Sur’ puede ser, sino la única, una buena manera de transitar nuevos caminos.
Por estas mismas razones son bienvenidas las embajadas de Colombia en el Caribe en cabeza de mujeres y hombres originarios del Archipiélago de San Andrés y Providencia, siempre y cuando generen también nuevas relaciones culturales, científicas y comerciales, entre otras, para la nación. Un proceso nada sencillo, claro está, pero que debe estar en permanente ebullición.
Entre tanto, la música y la cultura en general, seguirán siendo la mejor carta de presentación del archipiélago ante el Caribe, Latinoamérica y el mundo. El Presidente de la Nación y su Canciller lo saben y lo pusieron de manifiesto en Tegucigalpa y en otras ocasiones... Que se sigan cultivando esas semillas de creación para que sigan germinando en forma de canción.
------------------------------------------------------------------
Seeds of creation
Recently, former Colombian ambassador to Belize and Jamaica, Kent Francis James, told this newspaper that the country's leadership in CELAC "could be useful for implementing integration instruments and facilitating procedures among its members to develop the cultural and economic integration we need."
Soon, his words became reality when, in Tegucigalpa, Honduras, during the ceremony in which the country assumed the pro tempore presidency of the organization, the San Andres group Creole lent lyrics and melodies to fraternity, sowing the archipelago's flags to the rhythm of calypso and mento.
Of course, the purpose of the Community of Latin American and Caribbean States (CELAC) is to empower the territories and foster regional dialogues that allow for sustainable development in the region. In this regard, the efforts made to crystallize the so-called 'South-South' policies will be fundamental.
For this reason, one of the aspects emphasized by the national delegation is the need to move forward as a region without ignoring the long-standing trade relations with other countries, which are fundamental to the development of several nations. However, these relations must evolve toward more sustainable and integrated models.
In the face of potential adverse situations arising, for example, from the tariff policies implemented by the United States government, which—despite the announced 90-day "extension"—could jeopardize the economies of some countries, the 'South-South' formula may be, if not the only one, a good way to forge new paths.
For these same reasons, Colombian embassies in the Caribbean, headed by women and men from the Archipelago of San Andrés and Providencia, are welcome, as long as they also generate new cultural, scientific, and commercial relationships, among others, for the nation. This is not a simple process, of course, but one that must be constantly evolving.
Meanwhile, music and culture in general will continue to be the archipelago's best introduction to the Caribbean, Latin America, and the world. The President of the Nation and his Foreign Minister know this, and they made it clear in Tegucigalpa and on other occasions...
May these seeds of creation continue to be cultivated so that they continue to germinate in the form of song.