En un mundo en que la globalización y otras tendencias parecen dominar cada aspecto de nuestras vidas, la música tradicional de las islas corre el riesgo de ser relegada al olvido. No obstante, eventos como ‘Caribbean Nights’, en que artistas como Luis O'neill deleitan con su_calypso, son faros que nos recuerdan la riqueza y el valor de nuestro patrimonio cultural.
Concurrir a estos eventos no es solo una cuestión de entretenimiento, es un acto –inconsciente o no– de preservación de nuestras raíces. La música tradicional es un legado vivo que conecta generaciones, valores y experiencias que definen nuestra identidad como sociedad. Cuando asistimos a un concierto de calypso, rendimos homenaje a aquellos músicos que lo mantienen vivo.
Ellos (Creole, Orange Hill, Willie Bee, CNS y muchos más) son guardianes de las tradiciones, narradores vivos de nuestra historia, por lo tanto, su experiencia y sabiduría son invaluables. Y para potenciarlos, debemos implementar diversas estrategias: una clave es la promoción de cada evento para atraer a los visitantes que siempre preguntan por espacios de música en vivo como este.
No solo hay que aprovechar los medios de comunicación y las redes sociales. La consigna también es abordar a los viajeros de a pie, a través del ‘voz a voz’: taxistas, agencias receptivas y promotores, poe ejemplo, con publicidad en flyers, inclusive desde que se bajan del avión. Propiciando también alianzas con las distintas entidades y gremios que promueven el turismo y la cultura.
Así como la decisiva acción de incorporar la música tradicional en los currículos escolares (calypso first) fomentando el interés y la apreciación desde temprana edad. Promoviendo la interacción entre músicos veteranos y jóvenes talentos, facilitando la transferencia de conocimientos y la creación de nuevas fusiones musicales.
En síntesis, hoy, cuando más se habla de 'turismo cultural', apoyar a nuestros músicos tradicionales es más que un acto de nostalgia, es un compromiso con nuestra identidad y una inversión en el florecimiento perpetuo de sus raíces. Al hacerlo, garantizamos que voces como la de Luis O'neill y tantos otros, sigan destellando sobre el mar de los siete colores.