Esta semana, la Región Administrativa de Planificación (RAP) del Caribe presentó el Plan Estratégico Regional (PER) 2024-2035, cuya visión es convertir a la región, incluído el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en un referente nacional e internacional en transición energética justa y reconversión productiva inteligente.
En palabras del gerente de la RAP, Jesús Pérez Benito, este objetivo "se basará en un modelo de desarrollo sostenible con gobernanza territorial participativa y ordenamiento enfocado en el agua. Se promoverá la recuperación de la biodiversidad, los ecosistemas estratégicos y la implementación de políticas públicas integrales para cerrar brechas sociales, reducir la pobreza y erradicar el hambre”.
Para este trabajo, se propusieron diez ejes, 25 programas y 75 proyectos enmarcados en cinco 'hechos regionales' bajo los cuales operará el PER: Superación de la pobreza y la inseguridad alimentaria; Ordenamiento territorial, gestión del riesgo y preservación de ecosistemas estratégicos; Transformación productiva e industrial, transición energética e infraestructura; Consolidación de la identidad cultural regional; y Gobernanza territorial para la gestión del desarrollo sostenible.
Según agregó Pérez, la apuesta contempla un valor total de 41 billones de pesos, que aunque pueda considerarse mucho dinero, está pensado a 10 años en los siete departamentos del Caribe: "el objetivo es que este presupuesto se concrete con el Sistema General de Participaciones, inversión territorial, fuentes nacionales y cooperación internacional, principalmente".