Con una gran rueda de prensa encabezada por la Minciencias, Yesenia Olaya y la Directora de Ciencia para América Latina y el Caribe de la UNESCO, Lidia Brito; se dio por terminada la primera jornada de este foro que se desarrolla en el Centro de Convenciones de San Andrés.
El día se fragmentó en distintas franjas académicas, espacios que pusieron sobre la mesa la necesidad de que la ciencia dialogue con los territorios apuntándole a zanjar brechas históricas en los pueblos étnicos, sacándolos del rezago en el que viven algunos por cuenta de un devenir histórico desfavorable.
También, se habló de los desafíos espaciales y de cómo el país puede ir a la vanguardia en estos tópicos de impacto para la comunidad y que hablan de un futuro en el que los límites podrían ir más allá del cielo.
Al respecto, surgió una línea de diálogo sobre hasta dónde las misiones hacia el espacio –algunas fallidas– pueden poner de manifiesto una suerte de contaminación ambiental mostrando que las dinámicas de la Tierra pueden extenderse incluso, más allá de la estratósfera.
Los pueblos étnicos de diferentes regiones del país se hicieron sentir en esta primera jornada, expresando la congruencia que existe entre hablar de un cambio e incluir a las periferias en ello. En ese sentido, de acuerdo a lo expresado, no es posible pensar en una ciencia que no incluya a los territorios y que sea totalmente descentralizada.
Transición energética e inclusión
“En dialogo con los países que hacemos presencia en CILAC, planteamos la propuesta de que algunas naciones pudiésemos proponer la creación de un fondo multilateral para apoyar la investigación científica y el desarrollo tecnológico en materia de inteligencia artificial, orientada en tres prioridades: transición energética, bioeconomía y la inclusión de estos temas a sectores como la agricultura”, dijo la ministra Olaya.
Del mismo modo, respondiendo al interrogante sobre hasta qué punto este tipo de encuentros pueden tener un impacto real en territorios como el Archipiélago, Olaya sostuvo que se trata una gran fuente de turismo, dignificación del Pueblo Raizal y un vehículo para potencializar alianzas productivas en beneficio de las islas.
Además, la alta funcionaria mencionó que no sólo se trata de este evento, sino que también desde el ministerio vienen apoyando programas como ‘Jóvenes en Ciencia para la Paz’, fomentando el emprendimiento juvenil.
Ciencia fuera de los escritorios
Por su parte, la ingeniera forestal oriunda de Mozambique, Lidia Brito, expuso que se busca forjar una ciencia que no se quede en los escritorios y que converse con la población de manera más cercana, con el fin de hacerla digerible para la ciudadanía abandonado el estigma de ser concerniente única y exclusivamente a un sector de la población.
“Es muy importante para nosotros hacer ciencia con perspectiva étnica y de género, desde la Unesco estamos conscientes de que es necesario para la procreación del desarrollo sostenible. Este año, por ejemplo, lanzamos un llamado para reducir la brecha tecnológica, lo hicimos porque estamos trabajando hace más de tres décadas y no estamos viendo cambios significativos en el porcentaje de mujeres científicas”, comentó la profesional.
Por último, Brito dijo que no sólo se tiene que hablar de ciencia con mujeres, sino de una ciencia para las mujeres, desligándose de la perspectiva hegemónica donde el antropocentrismo impera “por lo que se requieren cambiar estos modelos históricos y hablar desde una perspectiva más amplia”, concluyó.