Sara, Tony, Valéry y William son los nombres asignados para los eventos climáticos faltantes en la creciente lista publicada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) agencia científica enfocada en monitorear el comportamiento de los océanos, la atmósfera, el espacio y la radiación, en razón que dentro de sus objetivos está el proteger la vida en este lado del planeta.
Como es regular, la temporada de huracanes se cierra el 30 de noviembre y a pocos días de esta fecha es encomiable evaluar a la Secretaría de Gestión del Riego de la Gobernación del Archipiélago, por cuanto proteger vida y bienes de los ciudadanos es parte fundamental de su razón de ser en estas islas, por lo tanto, es razonable también ejercer veeduría ciudadana.
Al respecto, como primera medida, el poco aceptable mapa con el cual se ubica al Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina de forma desproporcionada desconociendo la soberanía de la nación y del Pueblo Raizal sobre la porción oceánica que le corresponde.
Por otra parte, hay que reconocer de manera favorable la intención de incorporar en la práctica el uso del vocablo ‘resiliencia’ que por definición significa la “capacidad de un sistema para mantener funciones y procesos clave frente a tensiones o presiones resistiendo y luego recuperándose o adaptándose al cambio”.
Ser una población con un alto nivel de resiliencia en el Caribe, no solo es una prerrogativa ni mucho menos un enunciado, es una imperante necesidad para todos los niveles de la sociedad.
También fue incuestionable que dicha Secretaría respondió rápidamente al evento de las fuertes lluvias y las consecuentes inundaciones en barrios de bajo nivel freático –humedales–, aunque, en buena parte, el daño ya estaba hecho por la precaria infraestructura existente.
Por otra parte, es preocupante la situación de la UNGRD a nivel nacional que en la actualidad es objeto de dos investigaciones de gran cuantía; la primera por supuestos sobrecostos en la compra de vehículos contra funcionarios públicos por presunto cohecho y enriquecimiento ilícito.
Y la segunda por la presunta compra ilegal de madera al Clan del Golfo para reconstruir a Providencia. En tal sentido, el diario El Espectador afirma que “madera extraída ilegalmente del Parque Natural de Paramillo terminó en una de las obras para restaurar las viviendas de la isla, luego del paso del huracán Iota, en noviembre de 2020, durante el gobierno de Iván Duque.
A todas estas, cuando Sara, Tony, Valery y William, están esperando en fila y otros eventos, cada vez más frecuentes, aguardan la siguiente temporada, pareciera ser que la pregunta del millón es: ¿quién le pone el cascabel al gato?
-------------------
Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.
