Inició el XIII Festival Internacional de Teatro ‘Ethnic Roots’ con la magia que lo caracteriza, invitados de lujo y una atmosfera atrapante que en cada palabra, miradas, actuaciones y conferencias promete robarse, nuevamente, el corazón de los habitantes del territorio insular.
La mesa está servida. Comenzó con un conversatorio sobre el papel de la cultura en la era moderna a cargo de panelistas de Argentina, Trinidad y Tobago, México, Ecuador y San Andrés, bajo la moderación de la académica Liza Hayes.
Citando a pensadores desde la Escuela de Fráncfort, hasta el teatro de Ionesco pasando por el drama de Bertold Brecht, se puso sobre la mesa el concepto de cambio a través de las pequeñas acciones; desde luego Roma no se hizo en un día y, en ocasiones, tendemos a visibilizar los avances de la sociedad como procesos traumáticos, cuando se trata de micro momentos que intervienen en el gran devenir de la humanidad.
Igualmente, la conversación giró en torno a cómo realizar puentes a través de la cultura entre los diferentes países, y allí fue donde el pluralismo identitario y de pensamiento del panel tomó mayor sentido, pues por medio de estas miradas se pudo afirmar que, en realidad, las islas no están aisladas y que compartimos lazos de hermandad con otros países del Gran Caribe.
Uno de los contertulios fue Christopher Thomas, gestor cultural y miembro de la embajada de Colombia en Trinidad y Tobago, quien relató con soltura el periplo que tienen que vivir los sabedores culturales al muchas veces no contar con apoyos económicos que les permitan desarrollar su faceta artística y darla a conocer en el mundo. Señaló, también, que es necesario un compromiso real por parte de las autoridades para seguir apoyando los procesos que tengan a la cultura como bandera.
“Nos reunimos un montón con la directora del festival para que la presencia de nuestro país (Trinidad y Tobago) estuviera en este evento (…) Tenemos muchas similitudes con San Andrés, uno de ellas es la comida. La gente en el territorio insular se siente muy caribeña, compartimos mucho de la música y creencias y parte de nuestra cotidianidad”, apuntó.
La puesta en escena
Pero la emoción no culminó con este espacio, sino que también se propició un momento trascendental en el camino del festival: ‘One upon a taim’, con la presentación de dos obras teatrales, “Henrietta” del grupo trasatlántico Theater Company, de San Andrés. Igualmente, se vivió la obra “Atahuallpa” del grupo Teatro Brujo, de México.
“Hoy abrimos el telón con el foro de intercambio de saberes, donde proyectamos las falencias, necesidades y virtudes que tenemos en el arte escénico. Todos somos una sola cultura. También tuvimos la participación de estas grandes obras. Invitamos a toda la comunidad de las islas a que participe de las diferentes actividades que tenemos en nuestra agenda”, dijo Marilyn Biscaino, Directora del Festival.
El público expectante se dejó llevar por la emoción, estalló de locura y se conmovió con las presentaciones de estas obras que dejan el listón alto para lo que resta de festival, pero que sin duda tendrá actividades con un mismo contenido sensorial.
“Son eventos que deben permanente ser desarrollados por el pueblo de las islas porque el arte tiene como objetivo de producir cambios en la vida de las personas. El teatro, el cine y el 'concert', especialmente este último de manera histórica se hacía periódicamente en todos los barrios y fue promovido principalmente por las iglesias, tomando ese carácter religioso de los personajes bíblicos”, dijo Juan Ramírez, escritor y líder raizal.
La agenda continúa y por medio de parlamentos, puestas en escena, reflexiones y amor el Ethnic Roots seguirá afianzándose en el territorio insular como una parada inevitable.