La isla cuenta desde hace seis años con una orquesta sinfónica juvenil: La Esfera, una entidad que forma a sus intérpretes desde su Escuela de Música, con énfasis especial en instrumentos de cuerda frotada y de vientos. Partitura conversada con su creador y director, Walter Díaz.
Para comenzar, es importante resaltar que el profesional sanandresano es ingeniero de sonido, licenciado en Música y que cuenta con una maestría en Educación y Docencia. Cuando terminó de estudiar Audio, regresó a la isla y se percató que hacía falta un espacio de formación en instrumentos de cuerda frotada (tales como violín, viola, chelo o contrabajo); y de vientos madera y de bronce (como clarinete, trompeta, flauta traversa o trombón).
De esa manera se decidió, desde 2018, a formalizar la creación de una Escuela de Música con énfasis en éstos medios y empezó dando clases de violín a los niños. Poco a poco hemos fue creciendo, hasta el día de hoy, cuando paralelamente se ha consolidado la conformación de una orquesta filarmónica. Este es un hecho muy importante, porque hace más de 25 años que no había una de estas en la isla.
"Recuerdo muy bien que existía solamente la orquesta sinfónica Batuta de San Andrés, porque yo hice parte de ella, como concertino, cuando era niño", evoca.
¿Cómo está conformada y cuántos niños la integran?
En este momento somos dos profesores: la docente de Iniciación Musical, Sandra Hernández y mi persona; adicionalmente, contamos con la participación de Estefany Yoli, quien está pendiente de la parte de gestión y de comunicación.
Actualmente tenemos 37 niños en escena, en la orquesta, quienes tienen edades entre los 8 y los 17 años de edad. Así mismo, como la Escuela tiene una proyección desde los semilleros, hoy tenemos 70 niños recibiendo sus clases de Iniciación Musical y de formación en instrumentos variados.
En nuestro caso, ha funcionado mucho el llamado ‘voz a voz’ para darnos a conocer; sumado a que cuando tocamos, se acercan padres de familia interesados y nos piden el contacto para inscribir a sus hijos.
¿Qué presentaciones han tenido fuera de la isla?
Hemos tenido algunas muy valiosas, aunque resaltaría el Encuentro de Orquestas Sinfónicas y de Coros de la ciudad de Ibagué (IbaFest), donde tuvimos una muy bonita acogida. La verdad, considero que la música de aquí del Departamento Archipiélago realmente es muy 'sabrosa', digámoslo así; entonces la gente se la goza y se activa desde el principio, cuando hacemos un caypso, un reggae o un soca.
En esa ciudad también ejecutamos conciertos didácticos, donde interactuamos con el público presente; por ejemplo, con la quijada (de caballo) hacíamos subir al adulto o al niño para que intentara interpretarla. Todo ello, para mostrar un poco la cultura de la isla, algo que siempre intentamos exaltar cuando salimos.
Ahora, dentro de poco, nos vamos para Cundinamarca y vamos a estar tocando en diferentes municipios de ese departamento, como Zipaquirá, Tabio, Cota, Chía y propiamente en Bogotá.
Nuestra idea es poco a poco ir recorriendo el país; de ahí que el próximo año ya estamos pensando en ir a Medellín, y a otros municipios de Antioquia, para mostrar nuestra música tradicional pero en formato sinfónico.
Cuando se habla de orquesta sinfónica, normalmente se piensa en música clásica. ¿Cómo es presentar los ritmos típicos del Archipiélago en ese formato?
Dentro de la formación musical, vemos un poco de todo, incluyendo lo clásico, empleando para ello el Método Suzuki o el Kaiser. Luego, esos fundamentos técnicos los implementamos y aplicamos en la música del Archipiélago (calypso, reggae, schottise, polka o soca, como ya mencioné) y adaptándola, con los instrumentos típicos como la quijada, la tina o las maracas, al formato sinfónico.
¿Qué proyectos tienen en el mediano plazo?
Este mes es de puros conciertos al interior de la isla, como fogueo para este viaje que comenté a Cundinamarca. Ya tuvimos dos en el (Centro Comercial) New Point y en la Feria Internacional del Libro y en otras entidades privadas como el Grupo Litoral, el Banco de la República y el Infotep.
En el momento así está la agenda; y seguiremos afinando nuestros instrumentos e interpretaciones para nuestro posible viaje a Medellín, en 2025, para continuar sumando regiones colombianas dando a conocer lo que hacemos musicalmente, desde San Andrés, también desde el ámbito sinfónico.
Nuestra idea y propósito general es que más niños y jóvenes se sumen a nuestra escuela como un estilo, una forma de vida. Aprender a tocar un instrumento musical es una apuesta constructiva para ayudar a crear mejores personas. Sea cual sea el camino profesional que luego escojan o les toque vivir, la musica siempre los acompañará.