Fondo Acción cofinancia otro proyecto en Providencia y Santa Catalina, tendiente a la restauración en The Peak: ecosistema seriamente afectado tras el paso del huracán Iota (2020), y por el incendio en 2023 que comprometió gran parte de su cobertura vegetal.
Para conocer más detalles de esta iniciativa, este medio dialogó con Oscar Orrego, coordinador de Conservación de Fondo Acción; y con June Marie Mow, directora de la fundación Providence, ejecutora de la misma.
De acuerdo con Orrego, el objetivo de este proyecto es reconocer la importancia que tiene el bosque seco para la seguridad hídrica del municipio, puesto que The Peak funciona como reservorio y zona como captadora de aguas lluvias, que se infiltran a través de los diferentes acuíferos que van luego a nutrir las microcuencas de la isla.
“Cuando el Peak (que tiene cobertura de bosque seco) se vio afectado, primero por el huracán y luego por el incendio, vino un efecto en cascada que afectó las actividades agrícolas de las personas que tienen cultivos en el área de influencia; así como en la disponibilidad hídrica para las familias que viven en las zonas ribereñas”, señaló el profesional.
Por lo anterior, el trabajo principal de la fundación Providence ha sido consolidar una estrategia de gobernanza, apropiación y participación social con las comunidades aledañas a esta área natural: los sectores de Bottom House y Southwest Bay.
“Consolidar dicha estrategia ha sido un factor clave, porque antes de comenzar a sembrar árboles, es muy importante que haya la debida conciencia, por parte de los distintos actores, de lo que significa el bosque seco y del por qué es fundamental la recuperación de la cobertura vegetal en el Peak, dado que esto derivará en la disponibilidad de agua para las personas y para las actividades agrícolas; adicional a la reducción de los sedimentos que van a parar al arrecife”, agregó Orrego.
Así mismo explicó que, en términos generales, lo que se busca con la llamada ‘gobernanza, apropiación y participación social’ es generar una comprensión ecosistémica de lo que ocurre en la parte emergida de la isla y lo que sucede en la parte submarina adyacente a ella (específicamente en los arrecifes); y la relación que hay entre estas dos dinámicas.
El coordinador resaltó que junto a la autoridad ambiental Coralina, la fundación ha venido adelantando una serie de acuerdos de conservación; es decir, una especie de protocolo para expresar de manera pública los compromisos de las personas, las familias y los agricultores participantes, en la preservación del Peak y en la recuperación de su cobertura.
“En esto, lo que hace el Fondo Acción es contribuir con recursos para que ese proceso se desarrolle y pueda tomar profundidad; es decir, que no se quede en un estudio o en un diagnóstico, o en una siembra de árboles, sino que se consolide como un proceso donde la comunidad participe activamente comprendiendo por qué es necesario adoptar esas prácticas”, anotó.
Es tan necesario que la población de Providencia y Santa Catalina entienda la dinámica que tiene el Peak, reconociendo que lo que sucede en la montaña afecta a los corales; y que lo que se deje de hacer en lo alto tiene un efecto en la vida de las familias y en la recuperación del arrecife, que el trabajo de educación ambiental y de sensibilización se está haciendo con adultos, y también con niños, niñas y adolescentes.
Orrego puntualizó diciendo, que lo que viene luego será implementar ‘pilotos de restauración pedagógica’, la siembra propiamente dicha y acciones de monitoreo y evaluación; estas últimas, para saber qué pasó con los cultivos y qué oportunidades de mejora habría.
Dream farm for our people
Por su parte, June Marie Mow, coordinadora general del proyecto, comentó que éste arrancó a finales del año pasado, pero cobró más fuerza este 2024, trabajando con grupos asociados y no asociados en los sectores de Bottom House y de Southwest Bay.
También manifestó que trabajar en The Peak es como trabajar en todo el municipio, porque ese punto –afirmó– es la estrella fluvial de Providencia, dado que allí nacen casi todos los arroyos y cuerpos de agua importantes que tiene esa isla.
Pero enfatizó que el área tiene varios niveles: una parte alta, otra media y una baja, siendo la parte alta la del parque regional, donde Coralina tiene su Plan de Manejo y desarrolla sus actividades; por lo tanto, la fundación Providence no se ha concentrado allí, más allá de hacer la parcela para el monitoreo.
“Sí hemos analizado en la parte media, encontrando sitios con buena regeneración natural; y donde sí hemos trabajado bastante es en la parte baja, con los agricultores, quienes son los que pueden adoptar buenas prácticas en su oficio, para reducir los impactos sobre toda la cuenca y en la zona costera”, añadió la bióloga.
De ahí que su fundación esté llegando a nivel de finca (unidad productiva), trabajando con ocho agricultores con quienes ya empezaron a firmar acuerdos de conservación y uso sostenible (mencionados por Orrego), para apoyarlos en la adopción de esas prácticas ideales en sus predios.
Estos acuerdos se basan en un plan de finca para la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. Primero se realizaron diagnósticos sobre la situación y ahora se trata de hacer realidad el sueño de tener comida en las parcelas y, a la vez, cuidar los ecosistemas.