“La ceremonia funeraria se aplica como un barniz sobre la piel, protegiéndola y aislándola así de las atroces quemaduras del duelo que causa la muerte de un ser amado”, Byung-Chul Han (65), filósofo y ensayista surcoreano.
‘Ya nadie deja ni un mensaje, ni una llamada cuando alguien muere’, dijo un paisano. La otra persona asintió y además mencionó que al funeral de su padre asistieron un par de amigas y algunos hipócritas de la familia.
En algún momento le dije a mi madre que si era que ya le había dado por andar de funeral en funeral. Atribuía este gesto de cuidado a la edad. Y más curioso me parecía que mi tía quien vive en un pequeño municipio del Valle incluyera en sus caminatas diarias una parada en la funeraria y rezos por los difuntos ajenos. Llegué a encargarle uno de mis muertos.
La pregunta por los mensajes de cuidado o por los asistentes a un rito funerario da cuenta de lo que sucede a nivel comunitario. ¿Acompañamos ¿Resuena en nosotros las experiencias de dolor del otro? Sí que es cierto que contamos quien asiste o no a un funeral.
En el libro la desaparición de los rituales, Byung - Chul Han menciona que en el rito funerario el auténtico sujeto del duelo es la comunidad. ¿Cómo resuenan en nosotros las experiencias de dolor en un tiempo de pasiones y emociones pasajeras? Se demanda ruidosamente la empatía porque ya no alcanza a resonar.
En los ritos funerarios en San Andrés, Providencia y Santa Catalina, una de las experiencias más conmovedora es el acompañamiento del coro y las expresiones de sentimientos de los amigos del difunto entonando las canciones que en vida pidió escuchar en su funeral. Antes de morir se piden deseos… En la novela ‘Inés del alma mía’, Rodrigo de Quiroga pidió ser enterrado sin bulla y que ofrecieran treinta misas por el descanso de su alma.
Los ritos funerarios en las islas siguen al difunto hasta el cementerio sepultándolo sobre arena blanca, tibia en dirección al Este. Sunrise and sunset se escribe en las lápidas. Luego las Nine nights, experiencia ritual compartida con otras islas de Caribe, llegan los protagonistas de su vida, la comida, la bebida y la música.
La muerte de un ser querido despelleja, una herida abierta que me ha hecho más sensible ante la vida y ante las formas de acercarse a la muerte que se espera y a la muerte que se solicita.
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