El Día Mundial del Medio Ambiente (junio 5) es considerada la fecha internacional más importante en esa materia, y su conmemoración este 2024 se centrará en la restauración de las tierras, la desertificación y la resiliencia ante la sequía. Al respecto se refiere la reconocida agricultora raizal, Carlina Veloza Jay._(Foto Gobernación)
Las actividades alusivas a esta fecha son lideradas, desde 1973, por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), organismo que instauró para este año el lema: ‘Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración’.
Dicha temática ha sido señalada por esa organización mundial como “imprescindible”, dado que aunque la tierra sustenta la vida en el planeta, proporcionando a la humanidad alimentos, agua y las materias primas que necesita para sobrevivir, estima que hasta el 40% de las zonas terrestres están degradadas, basándose en cifras de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Lo anterior se traduce en al menos 2.000 millones de hectáreas degradadas en el mundo, lo que afecta a más de 3.000 millones de personas, causando que ecosistemas vitales e innumerables especies estén amenazadas; y provocando sequías más graves, tormentas de arena prolongadas y temperaturas globales en aumento.
Por esta razón, el PNUMA insta a las naciones y a sus gobiernos a fomentar proyectos relacionados con la agroecología y las ‘soluciones basadas en la naturaleza’ para mejorar la seguridad alimentaria, incrementar la resiliencia ante el cambio climático, fomentar el desarrollo económico local, proteger el medio ambiente y fortalecer las estructuras comunitarias.
Del campo a la mesa
En este sentido, es pertinente resaltar las iniciativas que en materia de agricultura sostenible se vienen desarrollando en las islas, algunas de ellas apoyadas por el Gobierno departamental; pero más que nada, fortalecidas con el empeño de varios agricultores y agricultoras que más allá de un lucro económico, ven en la creación de huertas caseras una salida ante la carestía de frutas y verduras, y una opción saludable de nutrición.
Es ya popular en San Andrés el denominado ‘Farmers market’: un espacio para que pobladores dedicados al agro exhiban sus productos cosechados o con un valor agregado.
Una de las emprendedoras infaltables en este mercado y protagonista en encuentros y ferias agroecológicas, dentro y fuera del Archipiélago, es Carlina Veloza Jay, quien junto a sus hermanas se ha convertido en un referente en todo lo relacionado con la agricultura tradicional.
En una huerta dispuesta en el segundo piso de su casa, ubicada en el sector del Cove, esta isleña raizal siembra y cosecha plátano, cilantro, perejil, repollo, tomate cherry y otras hortalizas. Además, transforma parte de lo que obtiene en nuevos productos, como el 'basket pepper' (ají picante); o el ‘sorrel’, una bebida a base de la flor de Jamaica, bajo su marca ‘Healthy Garden’.
“Gracias a Dios por la tierra”
En lo relativo al lema de este año, para la celebración del Día del Medio Ambiente, la emprendedora considera que es muy acertada, dado el renovado impulso que cada día más personas están dándole al trabajo en el campo; y por la necesidad permanente de proveer alimento a una población en constante crecimiento, bajo la amenaza de enfermedades y cambios notorios en el clima.
Además porque, según miss Carlina, desde el momento de la Creación Dios originó la tierra, porque sabía que sin ella el hombre no sería nada, dado que no tendría de qué vivir.
“Considero que es el mejor regalo que Él nos ha dado, porque de la tierra viene todo: las frutas, las hortalizas, los tubérculos. Dios la creó para que fuera labrada desde el principio, entonces yo me he basado en ello y porque mi bisabuelo nos inculcó, a mis tres hermanas y a mí, mucho amor por ella”, indicó Veloza Jay.
La agricultura también fue enfática en decir que no está lejos una nueva pandemia, que lógicamente traerá nuevamente escasez de alimentos; “como ocurrió en tiempos del covid, cuando no hubo ni cilantro en el mercado”, añadió.
Por eso insiste en la necesidad de que las familias tengan sus propias huertas puesto que –a pesar de lo que podría pensarse por las altas temperaturas– la tierra de San Andrés es apta para sembrar una amplia variedad de frutas y hortalizas, las cuales pueden ser aprovechadas para el autoconsumo y/o para su comercialización.
Igualmente, resaltó la importancia de seguir inculcando en los más pequeños este tipo de prácticas ancestrales, para sembrar en ellos la semilla del agro y para que no vean la agricultura como un oficio de poca trascendencia, con ideas que los lleve a demeritar su práctica.
Por eso, manifestó que en su casa recibe periódicamente a estudiantes de las clases de Ciencias Naturales y de Biología (principalmente del colegio Flowers Hill), para enseñarles cómo hacer germinar semillas o cómo producir ají picante.
Para finalizar, la emprendedora insistió en la necesidad de usar abonos orgánicos para restaurar de manera natural la tierra, y con lo cual los productos cosechados pueden seguir manteniendo sus beneficios para la salud; así mismo, por economía, dado que es mucho más barato y amigable con el medio ambiente fabricar compost para nutrir la tierra que se va a sembrar.
Al cierre, una reflexión del PNUMA:
“No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras. Este Día Mundial del Medio Ambiente es un llamamiento a la acción colectiva para asegurar que nuestras tierras, y en general nuestro futuro, estén protegidos para las generaciones venideras”.