A propósito del hallazgo este fin de semana, de una tortuga marina que estaba anidando en la playa de Sprat Bight, el biólogo marino Rubén Azcárate entregó mayores detalles sobre esta especie (identificada como ‘Caretta caretta’) y acerca del asombroso proceso reproductivo de este reptil.
Como se recordará, en la madrugada del pasado 24 de mayo un vigilante del sitio conocido como Fisherman Place (sector North End), reportó a la Corporación Ambiental Coralina el avistamiento de una tortuga anidando en las playas de Sprat Bight.
Por lo anterior, personal especializado de la entidad se desplazó al lugar encontrando que la tortuga cabezona (‘Caretta caretta’) había depositado 117 huevos.
Ciclos vitales
En diálogo con el biólogo Azcárate, indicó que según esta especie identificada, se espera que el número de huevos depositados sea aún mayor.
“Esto implica que el anidamiento de esta hembra posiblemente no va a ser el único, porque está muy asociado a tormentas o a lluvias fuertes nocturnas, y también al ciclo de la luna, cuyos efectos se mantendrán hasta este fin de semana; dichos eventos hacen parte de los ciclos naturales de las tortugas, así que muy seguramente ella va a intentar poner el resto de los huevos en el mismo sitio”, explicó.
EL ISLEÑO le consultó también al profesional qué había pasado con la hembra, a lo que respondió que al haber depositado esta tanda de huevos, normalmente ellas retornan al mar o muy cerca de los pastos marinos, en donde se estacionan por un par de días, se alimentan, recuperan energías y luego reintentan la anidación.
Amenazas, desde antes de nacer
Al respecto del futuro de los huevos, el funcionario de Coralina indicó que para asegurar una mejor tasa de supervivencia, se decidió reubicarlos en otra zona muy cerca del sector donde fueron hallados inicialmente, siguiendo los protocolos establecidos para el manejo y reubicación del nido.
“El movimiento del nido lo realizamos en la misma playa de Sprat Bight, dado que ahí fue donde llegó la hembra; luego marcamos con GPS y señalizamos con cinta policiva, tanto el sitio donde hallamos los huevos como donde se colocaron finalmente. Igualmente, tomamos la coordenada del nido, la fecha de anidamiento y vamos a estar pendientes, de acuerdo a los ciclos lunares, en qué fechas aproximadas podrían estar eclosionando (naciendo) en caso de que todos sobrevivan”, agregó.
Para finalizar, Azcárate aseguró que diariamente están haciendo un recorrido, como parte de las funciones del personal de Coralina, para vigilar que la marcación continúe ahí y para estar pendientes del proceso.
Comentó, adicionalmente, que la supervivencia de los huevos va a depender de que la translocación del nido haya sido la adecuada, de las temperaturas que se presenten (se ha detectado que están muy elevadas), y de que los perros o las personas no los extraigan.
“Que sobrevivan va a depender, además, de la misma naturaleza de la madre y, por lo tanto, de que esos huevos sean aptos para soportar las condiciones ambientales a las que están expuestos”, puntualizó el biólogo marino.
Por último, es válido recordar que la tortuga cabezona está catalogada como una ‘especie amenazada’ y por eso está incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
(Foto de referencia, Parques Nacionales Naturales)