Tras 12 años consecutivos de un premio que, desde sus inicios, se consolidó como uno de los más relevantes y apetecidos de nuestro panorama literario, hoy celebramos la antología del XI Premio Nacional de Cuento La Cueva: Álbum familiar y otros cuentos. Esta obra literaria se publicó gracias a la coedición entre Ediciones La Cueva y la Editorial La Iguana Ciega.
Para celebrar este nuevo impulso a la literatura nacional, es necesario remitirse a donde empezó todo, para que fueran posibles las más de 15 mil historias que han participado en este certamen. El Premio Nacional de Cuento La Cueva está ligado a un grupo de entrañables amigos que experimentaron, que buscaron otros caminos y otras posibilidades de la palabra, el cine y la plástica, y que lograron valiosos hallazgos estéticos y artísticos.
Los cuentos de José Félix Fuenmayor, Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Samudio, sus crónicas y películas; las obras de Cecilia Porras, Alejandro Obregón, Figurita Rivera y Noé León… Todas y cada una de las peripecias creativas del Grupo de Barranquilla se convirtieron en la semilla que hoy retoña en forma de premio y de voces femeninas que también apuestan por la renovación.
El Premio Nacional de Cuento La Cueva fue creado en 2010 por el cuentista, cineasta, cronista y gestor cultural Heriberto Fiorillo, quien en vida fue también director y fundador de la Fundación La Cueva. Vale la pena resaltar que el pilar fundamental de esta fundación, patrimonio de Colombia, es el estímulo a la creación, a la formación de lectores y a la salvaguarda del legado del Grupo de Barranquilla, creadores que cultivaron fervorosamente el género.
Proyecto creativo serio
De acuerdo con el actual director de la Fundación La Cueva, el poeta y gestor cultural Miguel Iriarte, quien reflexiona en el texto que funge como prólogo de la actual antología sobre las posibles motivaciones de los participantes, de las posibles razones que han impulsado a tantos creadores del país a participar en los 12 años de este premio, una de ellas es quizás la clara conciencia y el deseo específico de dedicarse al género del cuento como un proyecto creativo serio.
Para Iriarte, también entran en juego unas irrefrenables ganas de contar la problemática vida del país, a propósito de que muchos de los cuentos que participan en el premio en cada una de las convocatorias están, de alguna forma, marcados por historias y personajes atravesados indefectiblemente por la violencia en alguna de sus múltiples manifestaciones.
O quizás obedece al deseo, nada censurable, de alzarse con un premio en metálico importante como el que cada año ofrece el Premio Nacional de Cuento La Cueva, el monto más alto que se entrega en el país por un solo cuento: 20 millones de pesos al primer puesto, 3 millones al segundo y 2 millones al tercer lugar.
De acuerdo con Miguel Iriarte, en esta antología encontramos cuentos en verdad sobresalientes, además de los tres cuentos ganadores y de las dos menciones de honor. El cuento ganador, Álbum familiar, de la barranquillera Margarita Borrero, por ejemplo, es sin duda uno de los mejores relatos que se ha premiado en este concurso.
“La muestra toda es en sí un volumen que se suma a los más de 250 relatos que ha publicado este concurso en sus 11 antologías, cifra con la que se redondea un universo narrativo que nos cuenta cómo hemos sido como personas y como sociedad, cómo somos y cómo quisiéramos no ser desde el insospechado mundo del cuento”, anotó Iriarte.
Catarsis literaria
En este 2024 fueron 1712 historias las que se inscribieron en el Premio Nacional de Cuento La Cueva XII, textos que en estos momentos ya se encuentran en proceso de evaluación para revelar sus resultados en los tiempos que la organización ha previsto.
En cada una de las versiones de este certamen literario se han destacado historias que retratan al país desde su rica diversidad cultural, territorial, cosmogónica, filosófica y religiosa, historias que retratan una realidad a veces dulce, onírica, violenta, feliz, melancólica y, otras veces, mágica. En esta edición de la antología, quizás el tópico más recurrente y resaltado se centra en la familia, sus apegos y las problemáticas que subyacen en torno a este importante núcleo social.
Esta antología se publicó gracias a la coedición entre Ediciones La Cueva y la Editorial La Iguana Ciega, dirigida por el artista y gestor cultural Samuel Minski. Este concurso es posible gracias a un fiel grupo de cómplices que le han apostado a la cultura como una valiosa y necesaria herramienta de transformación social: Sura, Fundación Sura, Promigas, Tebsa y Bancolombia.