Cada 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, una fecha dedicada a la toma de conciencia sobre los problemas ambientales que enfrenta nuestro planeta y que busca unir a personas de todo el mundo, en actividades que promuevan su protección. El lema de este año es: ‘El planeta contra los plásticos’.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este día fue establecido por primera vez en 1970, impulsado por el senador estadounidense Gaylord Nelson, quien pretendía crear una conciencia ciudadana sobre la crisis medioambiental que desde ese entonces se avizoraba.
Estrategia ‘60×40’
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se utilizaron en todo el mundo al menos 12,5 millones de toneladas de plásticos en la producción agrícola, una cantidad equivalente a casi el 3,5 por ciento de la producción mundial de plástico, que asciende a 359 millones de toneladas, de las cuales 37,3 millones de toneladas se utilizaron en el envasado de alimentos.
En concreto, calculan que los sectores agrícola y ganadero contribuyeron conjuntamente con 10 millones de toneladas, seguidos de la pesca y la acuicultura, con 2,1 millones de toneladas, y la silvicultura, con 0,2 millones de toneladas.
Se prevé que la producción de plásticos se duplique en los próximos 20 años, si no se toman medidas al respecto, por eso, el colectivo mundial ‘Earth Day’ propuso el lema ‘El planeta contra los plásticos’, basado en un ambicioso objetivo: pedir la reducción de la producción del material en un 60% para 2040, lo que se conoce como la estrategia ‘60×40’.
La justificación de la iniciativa se centra principalmente en la salud humana que, según dicha organización, está seriamente amenazada por las sustancias químicas tóxicas liberadas por los plásticos en descomposición.
Dicha petición está fundamentada en el marco del Tratado Mundial sobre los Plásticos, que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es un tratado mundial ambicioso, con el que se busca que los Estados Miembros de la ONU lleguen a un acuerdo global para acabar con la contaminación generada por este material, y que se convierta en un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, incluso en el contexto marino.
En clave de ‘economía circular’
La Resolución 5/14 de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), titulada ‘Fin de la contaminación por plásticos: hacia un instrumento internacional jurídicamente vinculante’, fundamento legal de las negociaciones, establece que el tratado debe abordar el ciclo de vida completo de los plásticos y plantea la meta de concluir las negociaciones a finales de 2024.
El PNUD también resalta que el elemento medular de las negociaciones se centran en pasar de una economía ‘de usar y tirar’, a una economía circular; es decir, de reutilización, enfocándose en el ciclo de vida de los plásticos
Un enfoque basado en el ciclo de vida del plástico –asegura el Programa– puede ayudar a identificar y considerar todos los posibles efectos de los productos y servicios de este material y sus alternativas (efectos en el clima, en la naturaleza, en la salud, en el empleo y en la economía misma) en cada etapa de la cadena de valor.
Son numerosas las organizaciones sin ánimo de lucro, en Colombia, detrás de importantes iniciativas a favor del planeta. Además, a nivel territorial las corporaciones autónomas regionales y los gobiernos locales enfocan varias acciones en sus planes de desarrollo, en las líneas relacionadas con el cuidado del medio ambiente; al igual que las fundaciones, que dentro de sus actividades misionales se enfocan en esta materia.
La Reserva Seaflower no es la excepción
De hecho, desde la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), con motivo de esta fecha, se hizo un llamado a la conciencia ciudadana en cuanto al uso de los plásticos y la adecuada disposición final de los mismos.
Al respecto, la ingeniera ambiental Luz Elena Rojas Flores, funcionaria del área de Calidad Ambiental resaltó que la entidad invita permanentemente “a toda la comunidad a ser responsable, mediante la adopción de buenos hábitos en cuanto a la utilización de plásticos de un sólo uso; entre otros materiales que puedan generar un impacto negativo sobre el ambiente y sobre el territorio insular”.
No obstante el panorama desalentador que alimenta la continua producción de plásticos (y ahora, de microplásticos), sin políticas claras sobre ello y su venta, es valioso el aporte de numerosos colectivos ciudadanos y organizaciones que trabajan en pro de desincentivar la utilización de estos elementos de un sólo uso, lo cual día a día cambia mentalidades y modifica hábitos, para que el planeta Tierra sea disfrutado por muchos más seres de todas la especies.