Recuerdo y rememoro haber crecido con mi abuela, vívidamente recuerdo que ella me enviaba a las comunidades de Cove Seaside y Barrack para llevar los dulces que ella preparaba los sábados a su hermana y a una de sus buenas amigas de estos dos sectores.
Pensaba que volvería con las manos vacías. Pero para mi sorpresa, siempre me encontraba llevando pescado, yuca, batatas y ‘boscó’ a la casa de mi abuela. Muchas veces no podía cargar con la bolsa llena de tantas cosas que estas personas mayores solían enviarme de regreso a la casa de mi abuela.
Cuando me vienen a la mente estos recuerdos, no puedo evitar pensar en la característica fundamental de nuestra ‘raizalidad’: el amor entre hermanos y hermanas.
El amor entre hermanos o hermanas consiste en cuidarse mutuamente y compartir con los demás de la abundancia o de lo que cada uno tenga.
En primer lugar, la mentalidad del egoísmo, la codicia y el pensar sólo en uno mismo es ajena a nuestra ‘raizalidad’. Por el contrario, en el corazón de la práctica de un raizal está el aspecto de compartir y cuidar de un hermano o hermana.
Este aspecto de la ‘raizalidad’ se ha extendido incluso a los extranjeros. Por desgracia, algunos han abusado de él y lo han utilizado en su propio beneficio a costa de perjudicar a las personas que han sido amables y gentiles con ellos.
Por ejemplo, se cuenta que nuestros antepasados y antepasadas dejaban dormir a los extranjeros en sus camas mientras ellos dormían en el suelo. Lamentablemente, esta generosidad y amabilidad con los extranjeros no es recíproca en la actualidad.
Sin embargo, aquí nos centramos en la urgente necesidad de que este aspecto de la ‘raizalidad’ del amor entre hermanos y hermanas vuelva a ser un factor importante entre nosotros.
Porque si nuestro objetivo es reconstruir o restaurar “La Comunidad Amada"; tomando prestada esta frase de la descripción que Martin Luther King, Jr. hizo de su comunidad y de su pueblo. Entonces es urgente que el primer paso sea el amor entre hermanos y hermanas.
Comprender que no somos nuestros propios enemigos, y que la causa de nuestra desconfianza y escepticismo mutuo es un designio directo planeado por el colonizador.
En conclusión, como pilar para la reconstrucción de “La Comunidad Amada”, es oportuno e importante que el Pueblo Raizal comience a practicar el amor entre hermanos y hermanas.
Para que este aspecto de nuestra ‘raizalidad’ comience a practicarse entre nosotros, se necesitará valor para soltar ciertos lastres que como pueblo hemos cargado para iniciar este proceso de reconstrucción.
Pregunta, ¿qué otro aspecto de nuestra ‘raizalidad’ necesitamos empezar a practicar urgentemente?
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The Raizality of brotherly love
I remember and recall growing up with my Grandmother, I vividly remember her sending me to the communities of Cove Seaside and Barrack to take the sweets she made on Saturday to her sister and one of her good friend from these neighborhood.
I thought I would return empty-handed. But to my surprise, I always found myself taking fish, yuca, sweet potatoes, and bosco back to my grandmother's house. Many times I couldn't carry the bag that was filled with so many things that these older people, my grandmother's sister and friend, would send me home with.
When I think back on these memories, I can't help but think of the fundamental birthmark of our Raizality: the love of brothers and sisters.
Brotherly or sisterly love is the component of taking care of each other and sharing with each other from the abundance or from whatever each one has.
First, the mindset of selfishness, greed, and thinking only of oneself is foreign to our Raizality. Rather, embedded in a Raizal's core practice is the aspect of sharing and caring for a brother or sister.
This aspect of raizality has even been extended and shown to foreigners. Unfortunately, some have abused it and used it to their advantage at the expense of crippling the people who have been kind and gracious to them.
For example, stories are told that our forefathers and foremothers would let foreigners sleep in their own beds while they slept on the floor. Sadly, such generosity and kindness to foreigners is not being reciprocated.
However, the focus here is on the urgent need for this aspect of the Raizal people's Raizality of brotherly and sisterly love to once again become a major factor among the Raizal people.
For if our goal is to rebuild or restore "The Beloved Community"; to borrow this line from Dr. Martin Luther King, Jr.'s description of his community and his people. Then it is a matter of urgency that the first step be one of brotherly and sisterly love.
Understanding that we are not our own enemies, and that the cause of our mistrust and skepticism of each other is a direct design planned by the colonizer.
In conclusion, as a pillar for rebuilding the Beloved Community, it is timely and important for the Raizal People to begin practicing brotherly and sisterly love.
For this aspect of our Raizality to begin to be practiced among us, it will take courage to let go of certain baggages that we as a people have carried around in order to begin this rebuilding process.
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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.