La activista ambiental isleña, Yurshell Rodriguez Hooker, abanderada de las causas frente al cambio climático, principalmente, fue reconocida como ‘Young Leader for 2024’ en los_Green Carpet Fashion Awards, evento que se produjo el pasado 6 de marzo en Los Ángeles, California. Entrevista.
Se trata de la reunión de actores y celebridades de las industrias de la moda y del entretenimiento que, según el portal www.greencarpetfashionawards.com, se unen para aprovechar el poder del_showbusiness en defensa del cambio cultural interconectado, los esfuerzos inspiradores que lo impulsan y celebrar la transformación positiva.
Dicho espacio rinde homenaje a líderes ambientales y sociales de todo el mundo, a fin de visibilizar sus acciones y las de sus colectividades.
La gala es auspiciada por la fundación Ecoage, que preside su fundadora Livia Firth (esposa del actor Colin Firth), y que en esta versión fue copresidida por las reconocidas actrices Cate Blanchett, Helen Hunt, Julianne Moore y Zendaya; así como por la cantante, activista y fundadora de la ONG The Circle, Annie Lennox.
“Guardiana de la Madre Tierra”
Con respecto a Yurshell, ella es oriunda de Providencia e ingeniera ambiental, egresada de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira.
En diálogo con la profesional, comentó que lleva cerca de 10 años en lo relacionado al activismo ambiental, en defensa de los ecosistemas del Archipiélago primordialmente, pero también de Colombia como país, “porque después de uno volverse de alguna manera un portavoz, no se puede desligar de nada, dado que todo está interconectado, y más ahora en el tema de la crisis climática”.
Según relató, podría decirse que su preocupación por los estragos del medio ambiente iniciaron hacia el año 2005, con el paso del huracán Beta por Providencia; evento natural que, si bien no destruyó la isla, si afectó varias casas y espacios públicos de ese municipio.
“Tenía yo 10 años y una de esas casas afectadas fue la nuestra, con parte del techo destruido, provocando que se mojaran y se perdieran muchas de nuestras fotos, como las de mi infancia. Para nosotros fue una gran pérdida, porque los álbumes de la historia de la familia son muy importantes para nosotros los raizales y, más allá de perder cosas materiales, siento que también se pierde en lo emocional”, explicó la profesional.
Ante lo ocurrido, la niña de ese entonces se cuestionó –en sus palabras– cómo el planeta podía hacerles eso; cómo ese mar que tanto amaba, estaba tan enojado con ella y sus vecinos.
Desde entonces, empezó a ser parte de grupos ecológicos, de limpieza de playas y de manglar para que –según su mente inocente– el mar ya no les mandara otro huracán.
“Al crecer ya entendí que no era así de sencillo, así que me fui a estudiar a través del PEAMA (Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica) de la Universidad Nacional Sede Caribe; y mi trabajo de grado lo hice en San Andrés, sobre carbono azul y los ecosistemas marinos capaces de absorber dióxido de carbono (CO2), como grandes aliados contra el cambio climático”, indicó Rodríguez Hooker.
La ingeniera mencionó que hacia el 2017, en una entrevista para Teleislas, el entrevistador le preguntó que si el Archipiélago no aportaba tanto porcentaje de CO2, si no era un gran generador del problema del cambio climático (CC), por qué tenía que ser el llamado a cambiar ciertas prácticas turísticas y padecer de los estragos de este.
“Desde ese momento me puse a reflexionar sobre ello y empecé a entender el concepto de ‘justicia climática’: el cómo otros países, por sus formas de consumo, están generando impactos mucho más grandes, pero quienes sufrimos los mayores efectos, somos las naciones más pequeñas o las comunidades más vulnerables (‘de primera línea’) como las zonas costeras o los territorios indígenas”, señaló.
En las ‘grandes ligas’ nacionales
La activista prosiguió mencionando, que en 2018 fue invitada a Bogotá a un conversatorio sobre CC, organizado por el colectivo Dejusticia, en el que se reunieron jóvenes de diferentes partes del país y donde se escucharon las historias de todos.
Posteriormente fue invitada por el diario El Espectador, para hacer el documental ‘Desde Providencia hasta el Amazonas’ (ver aquí).
en el que tuvo la oportunidad de conocer el río Amazonas y a los pobladores indígenas de esa región, quienes vienen sintiendo las consecuencias de la deforestación, la minería y el despojo del territorio.
Después trabajó para la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) en Cali y comenzó su participación en el colectivo internacional ‘If Not Us then Who’, a partir del paso del huracán Iota (2020); colectivo que lleva las narrativas de comunidades afro e indígenas del mundo a espacios de toma de decisión.
“Y también se hacen entrenamientos en estos territorios para aprender, por ejemplo, a usar el celular para grabar lo que sucede en una comunidad y ponerlo a rodar, para que el globo se entere de lo que está pasando y sirva de evidencia ante reparación de daños”, recalcó.
Rodriguez Hooker también participa de varios proyectos de la fundación Sea, Land & Culture Old Providence (Prosealand), y sirve de puente entre otras organizaciones del Archipiélago, al trabajar desde la esfera más nacional e internacional, para que sus proyectos se ejecuten con éxito y se establezcan nuevos diálogos en torno a la crisis climática.
Esta joven, pero experimentada activista raizal, ha sido seleccionada por la ONU para representar a otros líderes como ella, ha escrito para sus blogs, y ha participado en distintas Conferencias de las Partes (COP), como la 25 en Madrid (España); la 27, en Sharm el-Sheij (Egipto); y la 26, que se produjo en Glasgow (Reino Unido), aunque ella participó de manera virtual en varios paneles sobre ‘justicia climática’.
“También estuve en la pasada COP28 (en Dubái), donde fue creado el esperado ‘Fondo Internacional de Pérdidas y Daños’, para que cada país, dependiendo de su vulnerabilidad frente al CC, puede acceder a recursos”, enfatizó.
Para concluir, la ingeniera ambiental dijo que recibir el homenaje en la_Green Carpet es una experiencia inolvidable, y que la llena de más entusiasmo para seguir llevando la bandera ambientalista de las islas, y del país.
“Después de esto me he vuelto ‘embajadora’, así que tengo la oportunidad de seguir contando mi historia; hablando sobre la potencialidad que tiene la raizalidad de nuestras islas, no sólo como cultura, sino como guardianes de la tercera barrera de coral más larga del mundo; y siendo la voz de nuestros ecosistemas, de nuestros corales que están sufriendo”, concluyó.