Recientes investigaciones han sugerido que la clave para contrarrestar enemigos de los arrecifes de coral, como el calentamiento global y las bacterias, podría estar en sus propios genes: hallaron que existen por lo menos 40 asociados con estos procesos, y no solo dos como se creía.
Se estima que en el mundo se ha venido presentando la extinción masiva de al menos el 33% de las especies, y solo en el Caribe el 9% de todos los arrecifes se pierde todos los años, hecho preocupante para zonas como el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Dada esta situación, una de las múltiples formas de aportar a la problemática es entender su genética, tarea que ha asumido el grupo de Inmunología Evolutiva e Inmunogenética de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) que explica cómo una temperatura superior a los 29,5 °C implica una mortalidad masiva de corales, pues en sus tejidos se producen cambios que, por su dinámica natural, a veces parecen irreversibles.
En este sentido, el profesor Luis Fernando Cadavid, del Instituto de Genética de la UNAL, explica que "también hay una serie de enfermedades que han comenzado a proliferar en estos organismos, como la 'banda negra', que se da como producto de la acumulación de bacterias como las cianobacterias, que en grandes cantidades son tóxicas, y colonizan y degradan el tejido hasta matarlo".
Aunque las razones por las que se presentan estas enfermedades no están del todo claras, el investigador señala que desde hace muchos años se ha encontrado que las condiciones patógenas en los corales han crecido tanto, que mientras en 1965 sólo había una descrita y hoy pueden ser más de 15.
Importancia de la simbiosis
Como revela Cadavid, los corales forman parte del grupo de los cnidarios, animales marinos entre los que también están las medusas, las anémonas y las hidras; en este tipo de organismos se ha podido determinar que las zooxantelas –algas unicelulares– tienen una importante y marcada simbiosis, pues de manera clara, si por las temperaturas o por las enfermedades, estas algas se salen de los corales estos mueren, ya que se quedan sin los nutrientes, el oxígeno y la resistencia que las algas les proveen para su crecimiento.
“En el grupo se han venido estudiando dos especies de corales que han mostrado que hay una serie de desviaciones en cuanto a las bacterias que están sobre sus tejidos: hay un grupo de ellas que les permiten estar sanos y sin ningún problema, como por ejemplo las proteobacterias; sin embargo, algunas como las de tipo gram positivo y negativo tendrían el efecto contrario, y es entonces cuando se hace muy importante estudiar la respuesta inmune que tienen los corales y cuáles son sus genes expresados”, asegura el profesor.
Para el Investigador, en este punto el proceso de 'alorreconocimiento' es determinante para seguir entendiendo los daños en los corales, pues se refiere al reconocimiento de tejidos extraños en un organismo, y que en los corales ocurre de manera natural, pero del que aún se conoce muy poco.
Conclusiones
Alrededor del 99 % de estas dinámicas terminan en rechazos, es decir que pueden producir procesos inflamatorios en los corales, denominados estolones hiperplásicos, que se presentan a causa de migraciones masivas de células.
Después de diversos estudios con estas poblaciones, el grupo ha identificado por lo menos 40 genes involucrados en la producción de proteínas como la inmunoglobulina.
“Lo que viene es seguir apostándole a disminuir la temperatura para que los corales no tengan que enfrentarse a estas enfermedades; y por otro lado emplear herramientas como la del silenciamiento genético, que permite identificar qué está ocurriendo en estos organismos”, concluye Cadavid.