Cada tercer sábado de septiembre se conmemora el Día Mundial de las Playas, una oportunidad para apreciar estos bellos ecosistemas pero también (y más importante aún) para generar conciencia sobre su conservación.
Es innegable el placer que produce recorrer una playa, introducir los pies en la arena, o recostarse sobre ella y descansar bajo el sonido del mar. Dado esos beneficios que nos produce, es imperioso procurar su sostenibilidad, cuidado y limpieza.
La contaminación de las playas es cada día más frecuente, ya sea por derrames de petróleo, descargas (accidentales o intencionales) de aguas residuales y presencia de residuos sólidos (botellas de vidrio y plástico, colillas de cigarrillos, envoltorios de alimentos, entre otros), perjudicando considerablemente a otros ecosistemas asociados.
Pérdida de playas en San Andrés
Sumado a lo anterior, otro de los graves problemas que afrontan las playas es el de la erosión costera, es decir, la pérdida de las partículas de sedimento; un hecho bastante notorio en la isla de San Andrés y sobre el cual se han elaborado numerosos análisis y diagnósticos, incluso por expertos extranjeros, pero que sigue sin tener una solución efectivamente ejecutada.
Dicho fenómeno provoca la pérdida de grandes extensiones de playa, lo que es doblemente grave para el territorio insular, puesto que depende altamente del turismo (que se siente atraído por las arenas blancas de la isla), y también porque un buen número de pobladores residen en estas zonas y han visto cómo sus viviendas se deterioran cada día más.
Según el portal tecnoceano.com, la erosión puede deberse a eventos naturales como huracanes, altas mareas o el hundimiento del terreno por movimientos tectónicos; también puede deberse a causas inducidas por el hombre, como la construcción de edificios en la primera línea de costa o la extracción indebida de arena.
Igualmente, el calentamiento global es otra razón por la que desaparecen las playas o se merma su extensión, ya que produce el deshielo de los glaciares y con ello se genera un crítico aumento en el nivel del mar, haciendo que la marea arrastre los sedimentos.
En busca de soluciones
Como ya se mencionó, son varios sectores en San Andrés que se han visto afectados con esta situación desde hace más de 10 años, particularmente los del costado sureste de la isla como Sound Bay.
Desde el año 2011 aproximadamente, varios gobiernos departamentales han sostenido reuniones con países como Holanda, Barbados o República Dominicana, que han enfrentado problemáticas similares; y que hoy por hoy han logrado su contención, principalmente con soluciones ‘blandas’ o basadas en la misma naturaleza.
También se dio inicio a mediados de este año al proyecto ‘Fortalecimiento de la gestión del riesgo de desastres a partir de la generación de conocimiento e innovación social para incrementar la capacidad de respuesta comunitaria natural y económica del departamento Archipiélago’, en el que participan diez entidades entre nacionales e internacionales, además de locales como la Universidad Nacional de Colombia sede Caribe y la Corporación Ambiental Coralina, siendo uno de los componentes precisamente el fortalecimiento de barreras naturales frente al oleaje.
Así mismo, en la visita a la isla el pasado 9 de septiembre, del ministro de Transporte William Camargo, la representante a la Cámara Elizabeth Jay-Pang recorrió junto a él el sector mencionado, en aras de que verificara de primera mano la crítica situación que allí se atraviesa.
De una reunión posterior que se realizó quedó el compromiso –según la legisladora– de que se adelantará un encuentro entre las diferentes instituciones que tienen resorte en esta problemática, como son los ministerios de Medio Ambiente y de Vivienda, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, la Dirección General Marítima (Dimar) y la propia Coralina, para desarrollar acciones con prontitud orientadas a recuperar las playas y a que se sigan perdiendo más de estos vistosos espacios.