Pérdida generalizada de su hábitat adecuado y una redistribución del actual, ese es el futuro que les espera a las especies de peces marinas depredadoras en el Océano Atlántico Noroccidental y el Golfo de México de aquí a 2100 debido al calentamiento global. Se prevé que la temperatura marina aumente entre 1 °C y 6 °C para finales de siglo, según los modelos climáticos.
Un estudio publicado en la revista Science Advances, ha hecho un seguimiento de doce de ellas en estas regiones oceánicas, unas zonas del planeta donde más se está calentando de forma acelerada y donde algunos cambios inducidos por el clima ya son observables.
“Los efectos actuales y previstos del cambio climático ponen de relieve la necesidad urgente de gestionar de forma adaptativa y proactiva los ecosistemas marinos dinámicos", advierten en la investigación.
El estudio, dirigido por Camrin Braun, científico y ecólogo marino de la Institución Oceanográfica de Woods Hole (WHOI, por sus siglas en inglés), identificó zonas frente a las costas del sudeste de EE.UU. y del Atlántico, como puntos críticos previstos de pérdida de hábitats.
Los investigadores estudiaron las repercusiones en tres especies de tiburones (tintorera, marrajo sardinero y marrajo dientuso); cinco de atunes (blanco, patudo, rojo, bonito y de aleta amarilla); y cuatro de peces de pico (pez vela, aguja azul, marlín blanco y pez espada).
Aunque el modelo de los científicos no recoge la posible adaptabilidad o tolerancia térmica de las especies, los resultados "sugieren una pérdida de hábitat predominante y generalizada para casi todas las especies altamente migratorias estudiadas".
"Se espera que el cambio climático modifique radicalmente la situación de estas especies y su modo de vida. Aunque no conocemos todos los detalles, este estudio es un buen paso para intentar determinar cuáles podrían ser esos cambios, de modo que podamos hacer algo al respecto", afirma Braun.
Imágenes por satélite y datos empíricos
Los científicos utilizaron tres décadas de datos de satélites, modelos oceanográficos y datos biológicos in situ para desarrollar modelos dinámicos de distribución de especies con el fin de evaluar cómo el cambio climático ya ha afectado y seguirá afectando a las especies de peces de estas regiones.
"Nuestra investigación demuestra que los cambios provocados por el clima se están produciendo ahora. Nos basamos en datos empíricos observados en las dos últimas décadas, de modo que, aunque nuestros resultados apuntan a cambios más importantes de las especies a corto plazo, también aclaran los cambios sustanciales en la distribución de las especies que ya se han producido", afirma Rebecca Lewison, coautora del estudio.
Según la científica, catedrática de biología y ecóloga conservacionista del Instituto Marino y Costero de la Universidad Estatal de San Diego (EE.UU.), los resultados de la investigación "ponen de relieve la importancia de utilizar los datos de la NASA y de otros satélites para comprender cómo un océano cambiante está afectando a especies marinas de importancia comercial como el pez espada y el atún".
Preocupación para las pesquerías
Los cambios en el hábitat y la distribución de estas especies, suscitan cada vez mayor preocupación por parte de las pesquerías asociadas, y las repercusiones socioeconómicas asociadas al cambio climático, según reveló el artículo.
El ecólogo Braun recalca, además, que la motivación de esta investigación no es solamente comprender mejor los peces y los ecosistemas marinos, sino también entender cómo los cambios afectan a las personas, sus medios de subsistencia, a las comunidades costeras y la pesca comercial.
"Estamos haciendo todo lo posible por averiguar qué ocurrirá, para que la gente pueda adaptarse y para que podamos desarrollar políticas de gestión resistentes al clima o preparadas para el clima", subraya.
Los marcos de gestión dinámica de los océanos deben incorporar los cambios previstos. De lo contrario, “nos quedamos con una caja estática en el océano que no se mueve, aunque los peces se hayan movido y el océano haya cambiado", concluye el estudio.