La llegada del Fenómeno del Niño ha provocado la disminución de las lluvias en varias zonas del país, y ha traído con ello intensas oleadas de calor. Por tanto, es indispensable tener en cuenta ciertas recomendaciones para evitar un ‘golpe de calor’ por las altas temperaturas.-Síntomas
Dicha sensación nada tiene que ver con lo que se denomina popularmente como ‘sofoco’ o ‘bochorno’ propio de las temporadas mayormente cálidas; se trata de un riesgo sanitario a tener muy en cuenta, que puede ser mortal si no se trata a tiempo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), un ‘golpe de calor’ es un trastorno que se caracteriza por el fallo de la función de varios órganos internos, debido al aumento excesivo de la temperatura dentro del cuerpo.
La temperatura ideal en nuestro organismo debe rondar los 37 grados centígrados; si por cualquier motivo sobrepasa los 40 °C y el cuerpo es incapaz de eliminar el exceso de calor, el sistema nervioso comienza a alterarse y podría colapsar.
Este trastorno puede ser ocasionado por la exposición prolongada al sol, o por el esfuerzo físico intenso en altas temperaturas. En estas situaciones el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura.
Síntomas
- Temperatura del cuerpo superior a 40 grados.
- Piel roja, caliente y seca.
- Respiración y frecuencia cardiaca acelerada.
- Dolor palpitante de cabeza.
- Alteración del estado mental y del comportamiento, como vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
- Convulsiones
Prevenciones
La mejor manera de prevenir un golpe de calor –según recomienda el INS– es no exponerse durante largas jornadas a altas temperaturas, especialmente en horas de la tarde que suelen ser las más calurosas, y evitar estancias prolongadas en espacios abiertos
Además, sugiere usar ropa ligera y de colores claros, así como sombreros y utilizar protector solar de forma recurrente. También se recomienda beber muchos líquidos aunque no se sienta sed, por lo menos dos litros de agua diarios.
Así mismo, se debe tener especial atención con los menores de edad, los adultos mayores y las gestantes, grupos poblacionales muy vulnerables. Por ejemplo, un niño que se deshidrata no puede sudar lo suficiente como para enfriar su cuerpo, y su temperatura corporal se puede elevar hasta provocar el golpe de calor; y los ancianos, con una patología previa, podrían ver agravados los síntomas de su enfermedad, produciendo una merma en su condición de salud general.
Hay que tener en cuenta que según un reciente estudio del Instituto de Decisiones Ambientales de la Universidad ETH Zurich, el riesgo de oleadas de calor será más frecuente y aumentará el exceso de mortalidad. Por lo tanto, ante un inminente 'golpe de calor' es preciso llevar al paciente a un sitio fresco, colocarle los pies en alto y llamar o trasladarle al servicio de urgencias lo más pronto posible.