Una iniciativa de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) logró crear un primer tipo de papel ecológico que aprovecha las bondades del sargazo, macroalga que llega por temporadas en grandes cantidades en distintos zonas del Caribe, como la isla de San Andrés.
A pesar de las dificultades que representa el sargazo en temas como navegación, pesca y turismo, iniciativas como la desarrollada por el Departamento de Biología de la UNAL, han logrado aprovechar sus bondades y crear este papel, compuesto por un 80% de esta macroalga y el 20% restante con derivados del coco.
De acuerdo con Diego Aguilera, estudiante de Biología y miembro del Grupo 'sistemática molecular y biogeografía de algas marinas': el proyecto "es un avance muy importante, ya que permite que comunidades de lugares como el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina puedan aprovechar los residuos de esta macroalga, y aunque por el momento se está en una fase de pedagogía y ensayos, en un futuro el potencial es increíble”.
Proceso de creación
Para obtener el papel se empieza con la extracción de la celulosa de las algas, elemento principal en la creación de las hojas tradicionales. Sin embargo, el método utilizado, hidrólisis ácida básica, hace más sencillo tratar el sargazo: “se necesitará de una prensa hidráulica para que las fibras del papel sean cada vez más delgadas”, explicó el estudiante de biología.
No obstante, Aguilera precisó que uno de los principales problemas con el tratamiento del sargazo es que "los hongos que descomponen otras especies vegetales para generar papel no lo hacen con esta macroalga; por lo que en países como Australia se están utilizando tecnologías avanzadas para aprovechar este potencial, que en un futuro aportaría en campos como el agropecuario, con la generación de alimentos, ayudando a evitar la cantidad de gases de efecto invernadero que producen".
Aguilera también comentó que hasta el momento en el país no hay suficientes alternativas para el aprovechamiento de esta macroalga, lo cual genera diferentes problemáticas para las poblaciones costeras como la contaminación que generan.
“Las grandes toneladas que llegan a las costas generan un problema de contaminación por el olor que produce su descomposición, y además son una peligrosa trampa para animales como las tortugas, que buscan retornar al agua pero quedan atrapadas entre esta maleza de algas”, añadió.