Enrique Jhonson Martínez, un apasionado agricultor raizal de 76 años ha cautivado a la comunidad local con su dedicación a la tierra y su generosidad sin igual. Desde que tenía tan solo 10 años, ha estado cultivando una amplia variedad de productos característicos de las islas, y su legado se ha convertido en pilar de la comunidad._(English version below)_(
El pasado viernes, comenzó su temporada de cosecha con una increíble sorpresa: más de 200 sandías y melones listos para ser recolectados. Estos frutos, que han prosperado gracias a su cuidado experto y su profundo conocimiento de la tierra, son solo una pequeña muestra de la vasta gama de sembrados que cultiva con amor y dedicación.
Lo que hace que la historia de Jhonson sea aún más inspiradora es su compromiso de compartir los frutos de su trabajo con los demás. Ha sido una costumbre arraigada en su vida regalar los productos de su cosecha a adultos mayores y amigos de la comunidad. Esta generosidad ha dejado una marca imborrable en el corazón de aquellos que han sido bendecidos con sus productos frescos y deliciosos.
Ejemplo viviente
Enrique Jhonson Martínez, es un ejemplo viviente de cómo la pasión puede ser una fuente de sostenimiento. Los productos que cosecha, que incluyen patilla, pepino, maíz, ñame, batata, yuca, ahuyama, bosco, plátano, bananos y ocro, no solo llenan los platos de la comunidad, sino que también aportan un sentido de conexión con la tradición y la historia de las islas.
A medida que la temporada de cosecha avanza, logró vender más de la mitad de sus melones, con precios que oscilan entre 3,000 y 30,000 pesos. Esta venta no solo le permite continuar con su labor amada, sino que también contribuye a la economía local y brinda a otros la oportunidad de disfrutar de la frescura y el sabor de los productos cultivados.
Su legado trasciende las estaciones y generaciones. No solo ha cultivado una variedad de productos, sino que también ha sembrado la semilla del amor por la tierra en sus hijos. Su hijo, Melciades Jhonson, sigue sus pasos en el mundo de la agricultura, asegurando que la tradición y la conexión con la tierra perduren.
La historia de Enrique Jhonson Martínez nos recuerda la importancia de preservar nuestras raíces y compartir con generosidad lo que la tierra nos brinda. Su compromiso con la comunidad y su pasión por la agricultura son un testimonio inspirador de la vida en armonía con la naturaleza y de la gente que lo rodea.
-----------------
Enrique Jhonson Martinez, a passionate 76-year-old farmer from San Andrés, has captivated the local community with his dedication to the land and unmatched generosity. Since he was only 10 years old, Jhonson has been cultivating a wide variety of products characteristic of the islands, and his legacy in agriculture has become a cornerstone of the community.
Last Friday, Enrique Jhonson started his harvest season with an incredible surprise: over 200 melons ready to be picked. These melons, which have thrived due to his expert care and deep knowledge of the land, are just a small glimpse of the vast range of crops he cultivates with so much love and dedication.
What makes Jhonson's story even more inspiring is his commitment to sharing the fruits of his labor with others. It has been a longstanding custom in his life to gift the products of his harvest to elderly individuals and friends in the community. This generosity has left an indelible mark on the hearts of those who have been blessed with his fresh and delicious produce.
Enrique Jhonson is a living example of how passion can be a source of sustenance. The products he harvests, including watermelon, cucumber, corn, yam, sweet potato, cassava, pumpkin, bosco, plantain, bananas, and okra, not only fill the community's plates but also provide a sense of connection to the tradition and history of the islands.
As the harvest season progresses, Jhonson has managed to sell more than half of his melons, with prices ranging from 3,000 to 30,000colombian pesos. This sale not only allows him to continue his beloved work but also contributes to the local economy and provides others with the opportunity to enjoy the freshness and flavor of products grown with love and dedication.
The legacy of Enrique Jhonson Martinez transcends seasons and generations. He has not only cultivated a variety of products but has also planted the seed of love for the land in his children. His son, Mélciades Jhonson, follows in his footsteps in the world of agriculture, ensuring that tradition and connection to the land endure.
Enrique Jhonson Martinez's story reminds us of the importance of preserving our roots and generously sharing what the land provides us. His commitment to the community and his passion for agriculture are an inspiring testament to a life in harmony with nature and the people around him.