Tras finalizar segundo en la tabla de posiciones de su grupo (L), San Andrés F.C. enfrentará al representativo del Huila, el club Juventud Huila de la ciudad de Neiva. Ante las expectativas por el meritorio desempeño, uno de los entrenadores técnicos del equipo, Luis Marriaga habla sobre el proceso.
“Los jugadores han sido bastante receptivos para entender la idea el profesor Jefferson y mía, donde intentamos utilizar el biotipo de nuestro jugador, aprovechando sus virtudes físicas y técnicas propias de las personas de nuestra región: un equipo que ataca por las bandas y que por dentro intentará siempre mantener la posesión de la pelota”, explica Marriaga.
Además, comenta que la preparación física, a cargo de Robert Camargo, ha sido fundamental pues ha trabajado con simulaciones en déficit de captación de oxígeno, para contrarrestar las características de la altura de Bogotá, donde el equipo ha jugado en condición de visitante durante esta primera fase. Así mismo, han sido prudentes en la utilización de los cupos, para gestionar de manera adecuada todo el plantel.
Consolidar el equipo, primer objetivo
Aunque en el argot popular se ha criticado que el grupo final del equipo no esté compuesto en su mayoría por jóvenes, el profesor Marriaga indica que la mayoría de los jugadores sí están entre los 17 y 25 años, con una base de seis veteranos, con lo cual se logró consolidar el proceso y poner a San Andrés en el radar del fútbol nacional.
“He estado en selecciones departamentales donde no nos ha ido bien, porque como nosotros no tenemos competencia a nivel local de alto nivel, los jugadores cuando salen les da ese miedo escénico, entonces optamos en este primer año de proyecto tener una compañía experimentada para poder rodearlos”, explica el técnico, quien agrega que en el equipo hay un muchacho de 16 años, otro de 17, tres de 19, dos de 20… “el promedio del equipo es de 22-23 años”.
Así las cosas, esperan que el proyecto se haga sostenible, primeramente, y se pueda consolidar un equipo sub23 que compita en este certamen: “la idea es que sea una vitrina para los jugadores jóvenes; igualmente el club lo sabe, y para que se vuelva rentable estos deben salir”.
Expectativas
“Nosotros somos aterrizados y queremos ir partido a partido, pero las expectativas son llegar lo más lejos posible; sabemos que cada vez que vayamos avanzando de fase se hará más difícil, porque van quedando los mejores”, comenta Marriaga.
Dentro del país, el torneo lo utilizan algunos clubes profesionales o que sacan jugadores a profesional para poner a los jóvenes a competir, pero la competencia es alta, y con las directivas del club, se decidió intentar hacer un equipo lo más profesional posible.
Debido a esta situación, el equipo se entrena a niveles muy altos de profesionalismo: todos los días, se planifican los trabajos, cuidados de alimentación etc. “Intentamos que los jugadores comiencen a cambiar el ‘chip'; es difícil, por nuestra cultura, por nuestras tradiciones, la competencia local tampoco te exige mucho, nuestra liga en categorías menores no es competitiva y es la diferencia que vemos por ahora”, indica el técnico Marriaga.
Además precisa que el objetivo es que el fútbol de San Andrés se pueda poner en el mapa, que comiencen a verlo; que las escuelas que vienen en proceso en la isla puedan ser vistas por los mismos jugadores, y tengan la expectativa de poder llegar y dar el salto al profesionalismo.
Por último, Marriaga habló sobre el ‘Bono de colaboración’ para ver los partidos de fútbol en el estadio Erwin O’neill, dejando claro que aunque la Gobernación apoyó el proyecto, la incertidumbre que genera este año político, los ha llevado a tomar medidas de financiación alternas desde ya, y poder seguir participando en el torneo.