La elección de Barack Obama generó grandes expectativas no solo para sus ciudadanos sino para el resto del mundo, pues no en vano su programa de gobierno se montó sobre las grandes debilidades y el desprestigio de la administración Bush. Tal expectativa generó una aprobación ciudadana de un 70%, hoy reducida a un 50%.
Por ello es importante hacer un breve balance sobre los principales compromisos del Presidente, sobre temas que inciden en la vida norteamericana y fijan un norte de comportamiento en los demás países del orbe y saber cuáles de esas promesas se han cumplido y cuáles no. Esos temas, reiteramos, los reducimos a: Crisis económica; Derechos Humanos –cierre de Guantánamo-; paquete de estímulos tributarios y fiscales, la guerra con Iraq y Afganistán; aprobación de la reforma al sistema de salud y el cambio climático en el planeta, entre otros.
Obama enfrentó una de las mayores crisis económicas que han enfrentado los EEUU, superior a la ocurrida en los años 29 y combatirla fue su principal reto. La crisis, obviamente, incidió fuertemente en el desempleo de los estadounidenses. Hoy llega a más de un 10%. Este problema lo ha enfrentado inyectando recursos a los bancos y al sector automotor. De esta manera frena la política de despidos masivos y logra controlar el otro gran escoyo: las hipotecas. Pero los resultados de estas acciones solo se verán en el próximo año. Igualmente, ha intervenido la economía y así ha podido frenar la caída. Por lo menos ahora hay un freno al déficit fiscal.
En cuanto al tema de los derechos humanos y libertades públicas, en su programa de gobierno Obama prometió cerrar Guantánamo, cárcel que en épocas de Bush sirviera para interrogatorios a detenidos, para el 21 de enero de 2010. Esta promesa no se ha cumplido, precisamente porque el Presidente ha manifestado que el cierre va a ser paulatino. Estas declaraciones y el incumplimiento ha puesto en alerta a las sociedades defensoras de derechos humanos, quienes están a la espera de que realmente esta prisión sea cerrada de una vez por todas y que los detenidos pasen a la justicia ordinaria americana, a fin de garantizarle el cumplimiento de los derechos fundamentales.
La gran piedra
Pero una de las grandes piedras en el zapato, en la política exterior de Washington, es la guerra en Iraq y Afganistán. Obama prometió el retiro de 115.000 efectivos de Iraq, para fines de 2011. La sorpresa es el aumento en 30.000 nuevos militares enviados a la guerra, lo que permite pensar que por ahora no habrá un retiro total de las fuerzas norteamericanas.
Afganistán, es otra historia. Aunque los ciudadanos consideran que es una guerra, de alguna manera más justa, también piensan que Obama está actuando de la misma manera como Bush lo hizo frente a Iraq. Cada día los norteamericanos exigen el regreso de sus hijos, ante los miles de jóvenes que han muerto en suelo iraquí y el aumento constante del presupuesto para enfrentar el gasto militar. Por hora se debe esperar.
Reforma a la salud
Pero sin lugar a dudas el punto más alto del programa de Obama, fue la propuesta sobre la reforma al sistema de salud. Este tema fue de principal atención y discusión entre los candidatos, desde el inicio de las primarias del Partido Demócrata. Hillary Clinton, la otra candidata del partido demócrata, proponía una reforma a la salud fundamentada e los seguros de salud para 42 millones de afiliados. Mientras Obama insistía en la afiliación soportada en el subsidio. Elegido Obama, presentó la ley de reforma al sistema de salud a la Cámara de Representantes, sin embargo tuvo que retirarla y presentarla al Senado.
Definitivamente la ley de reforma a la salud, fue aprobada el 23 de marzo del presente año, con la siguiente votación: 219 a favor y 212 en contra. El Partido Republicano va a demandar la ley y será el sistema judicial quien determine su conveniencia social y económica. Igualmente, la crítica se centra en el alto caudal de fondos que se requieren para afrontar la reforma a futuro.
Por último, se remarca el interés de Obama de aportar una buena partida, 898 billones de dólares, para el control e la emisiones de oxido de carbono y en general para la conservación el ecosistema. Sin embargo, no toda la bancada demócrata respalda al presidente en esta política. En Copenhague se llegó a un tímido acuerdo para el control de las emisiones al cual se sumaron China, India y Brasil, pero se insiste en la falta de interés por parte de EEUU en un compromiso serio en la protección del clima en el planeta, más aun cuando es este país el mayor contaminador del mundo.
En conclusión, no es fácil para un presidente como Obama, con la mayor popularidad que haya tenido un presidente en los EEUU desde Kennedy, poder cumplir al pie de la letra su programa de gobierno y sus promesas de campaña. La pérdida de escaños para el legislativo en el Partido Demócrata, ha debilitado la mayoría en las cámaras, lo cual indudablemente ha incidido en los obstáculos que ha tenido el Presidente al presentar sus proyectos. El Partido Republicano a toda costa quiere el desprestigio del Presidente y esto se logra a través de un saboteo a las leyes de iniciativa del ejecutivo. De todas maneras, con un 50% de aprobación, un largo periodo por delante y una mayoría relativa en el senado, además de su carisma, Obama podría registrarse en la historia de los EEUU como uno de los grandes reformadores sociales; o por el contrario sus propuestas se quedarán solo en el papel.
