Al respecto del artículo publicado por este periódico el pasado 18 enero, titulado: ‘Regreso a clases, el anhelado retorno al equilibrio educativo’, tengamos en cuenta que los dos entrevistados (Gene Ogiste y Hernando Tovar) son las cabezas de dos posiciones contrarias, de ahí que lo que digan se ha de tomar en beneficio de inventario.
En primera instancia es inaudito que se insinúe y peor que se afirme que la Escuela es sitio libre de contagio, sobre todo la pública, pues muchos de sus niños provienen de barrios donde la salubridad brilla por su ausencia.
Tampoco es muy creíble eso de la transferencia de recursos. Sería bueno saber sin son oportunos y suficientes. Pongo por muestra el caso de Escuela El Esfuerzo (vecina de las calles que recorrió en su infancia el hoy gobernador): ¿Que esa Escuela se transformó? ¡Por Dios!
Es legendario el desgreño del gobierno por el bienestar y progreso de la Escuela y aquí se confirma eso: dice Ogiste que las instituciones están a un 95% para cumplir con sus lineamientos. ¡Por favor!, señor director, si desde mediados del año pasado el MEN urgía a sus Escuelas tener listos sus protocolos de bioseguridad para iniciar presencialidad en el segundo semestre 2021. ¿Cómo es posible que seis meses después tan frescamente reconozca que no es así?
No puede ser más triste que sea la misma autoridad escolar que de manera tan desconsiderada para con la comunidad académica afirme que en 10 semanas se puede recuperar lo que se perdió en dos años. Es tanto como afirmar que en 10 semanas se puede hacer una Especialización. Pero así estamos.
En segundo lugar, señor director, es de no creer las falsas consideraciones de los docentes sindicalizados. De ser cierta la afirmación del presidente de Asisap de que “el acompañamiento en el aula con los estudiantes es más efectivo”, su delito es doblemente más grave (a título de dolo, diría el abogado) pues a sabiendas de ello son ellos los que tienen cerrada la Escuela por dos años. ¿Cómo creerles?
Pide el magisterio sindicalizado lo que llaman “la escuela segura”, pero no hacen nada para que esto sea realidad. Pídanles que haga vigilancia durante los recreos, por ejemplo, a ver qué responden.
Que hay sobrecupo en las aulas. Puede ser cierto, pero no lo es en todas las aulas ni en todos los colegios. Citamos por caso los grados 11 del Colegio Junín que el año pasado entregó 5 bachilleres; el Técnico Industrial, 17; El Rancho, 11. Que Tovar no piense que sus mentiras son creídas por todos. La deserción escolar es alarmante y la cobertura no lo es menos. Que se lea lo que dice el vigente PDD al respecto.
El mejoramiento de la conectividad no es propiamente del resorte del gobierno; tengamos en cuenta que el negocio lo manejan multinacionales como Claro, Tigo y Movistar, y otras no tanto: Teveislas y Solnet.
Terminemos diciendo que, así como Ogiste pide “hacer un diagnóstico para ver cómo están los estudiantes”, que hagan lo mismo con los profesores. Eso sí es ‘equilibrio educativo’.