La realidad es que la gente vota, en muchas circunstancias, porque ese día sale a cobrar por votar o a que lo compren para que vote. En la isla de San Andrés el domingo pasado se veía a muchos a la vera de caminos y calles listos para recibir ofertas o para proponer precio, semejante a las que vemos en Bogotá por el barrio Santa Fe y otras vecindades, en todo el país, donde andan parqueadas ejerciendo la profesión más antigua de la humanidad, la prostitución, y por muy pocos pesos.
Esta realidad no es exclusivamente nuestra, es más, la copiamos de muchas otras partes del país. Pero se muta, tiene diversidad de formas y manifestaciones, los materiales para la casa o la calle del barrio, o todo lo que se debe hacer por mantenerse en el puesto público que se han ganado con derechos, y siguen los ejemplos y experiencias…
Humillante, degradante, miserable esta situación, pero ante todo destructiva.
¿Como podremos imaginar un futuro sin voto libre?
Para muchos esto es así, dicen con resignación, otros lo celebran y lo gozan como quién disfruta una violación. Así el país no puede ser, es un imposible si como está lo perseveramos y lo tenemos como regla.
¿A qué aspirarán nuestros jóvenes en la política que es motor de cualquier sociedad progresista? Dinero que rompe y corrompe, que mata, que los obliga a involucrarse en formas fáciles, aunque de mucho riesgo de obtenerla para poder hacer la política, para participar de su propio desarrollo, para ser sujetos y no solo objeto del progreso y lo que es peor: para mirarse en los 'exitosos' ejemplos como espejos del escenario actual.
Aunque se difiere en conceptos filosóficos sobre el voto obligatorio lo veo útil y muy efectivo como medida anti-compra-venta ya que sus presupuestos no alcanzarían ni se justificaría esa práctica. No es lo mismo comprar unos pocos miles que tener que acaudalar votos por decenas de miles en el caso de ser obligación de todos salir a votar como deber ciudadano en defensa de la democracia y la convivencia.
Esto existe en otras partes del continente y del planeta.