La reciente selección de un nuevo presidente de la Autoridad Raizal señala una nueva etapa en las estrategias de reivindicación raizal que obligan a reflexionar sobre la movilización étnica en las islas en el contexto del multiculturalismo que caracteriza al pueblo isleño.
El tema raizal volverá de nuevo a la agenda política local, algo que inquieta por tres razones. En primer lugar, porque en el pasado sus planteamientos ignoraron a la población no raizal que es mayoría y por lo tanto de peso político. En segundo lugar, porque, habiendo hasta ahora dominado la movilización social en las islas llegando a ser un actor político que no se pudo ignorar, podría ser ejemplo a seguir e inspirar a otras comunidades isleñas también en posición desventajosa para aspirar a lograr sus objetivos sociales.
Y en tercer lugar porque lo raizal podría finalmente apoyarse en las otras comunidades isleñas para poder alcanzar parte de sus aspiraciones de reivindicación, muchos de los cuales, como la educación bilingüe y la protección ambiental y cultural, favorecen también a las comunidades no raizales.
Un acercamiento es necesario porque hay muchas preocupaciones que sólo serán atendidas por los gobiernos departamental y nacional si las abordamos como una comunidad unida. Además del medio ambiente y lo cultural, están la salud, la corrupción, la inseguridad y los precarios pero muy costosos servicios públicos.
Tenemos en común no sólo unas terribles ganas de mejorar nuestras islas, sino también las mismas preocupaciones y malestares por las fallas en mejorarlas y las constantes promesas incumplidas, algo que curiosamente lleva a que hoy día las aspiraciones de separatismo no son exclusivas de la comunidad raizal.
Un acercamiento facilitado porque hemos desarrollado con un mínimo de fricciones y un alto nivel de armonía social una muy rica y única sociedad multicultural a través de un mecanismo de integración colectiva, no uno de total asimilación, integración individual o imposición cultural deliberada.
ALIADOS ESTRATÉGICOS
La narrativa raizal nunca ha estado orientada a crear fricciones, separación o división social, sino a emplazar argumentos, mejorar posiciones de negociación en relación al estado colombiano y fijar aspiraciones de lo raizal como actor político.
Simplemente se utiliza lo identitario y lo étnico con un enfoque estratégico y contingente. La clasificación raizal ha sido necesaria en el contexto de la distinción para generar un sentido de pertenencia y forjar un camino de mejoramiento de lo étnico raizal. Todo en el contexto de que la misma sociedad isleña está construida sobre divisiones étnicas que es la principal estructura que marca la identidad isleña
Las divisiones sociales creadas, por fortuna, han sido mínimas y tienen como común denominador las inquietudes generadas por el componente político de las aspiraciones del movimiento raizal. A pesar de ello, es de admirar el gran apoyo isleño en general a las aspiraciones de reivindicación raizal.
Porque la movilización raizal no es una negación de las aspiraciones sociales de los otros isleños ni implica establecer fronteras sociales, aunque debe ser mejor manejada, referenciada y entendida en el contexto global de las islas.
Deberíamos volver a manejar, como en el pasado, una situación donde todos éramos simplemente isleños. La historia nos puso juntos y eso no lo podemos cambiar, pero lo podemos y lo debemos aprovechar para forjar un mejor futuro juntos, respetando lo de cada cual haya aportado a la sociedad isleña, y ayudándonos a que se logren las aspiraciones de cada cual. En nuestra diversidad está nuestra fortaleza.
UN NUEVO IMPULSO
La selección del nuevo Presidente de la Autoridad Raizal abre la posibilidad de que la movilización raizal adquiera una nueva dimensión socio-política y se adopten nuevas estrategias y aspiraciones. La movilización raizal necesita un nuevo impulso para mantener latente las aspiraciones étnicas, en vista de que las metas no han sido del todo alcanzadas.
Esta oportunidad debe ser aprovechada para atender el déficit democrático y de representación que ha habido y, más importante aún, orientar esa movilización hacia objetivos alcanzables, pragmáticos y de menos tinte ideológicos que claramente han impedido el logro de metas.
El mayor reto ahora es aprovechar las ventajas que otorga la Constitución de 1991 que, al haber institucionalizado el multiculturalismo y acomodado de manera prominente lo minoritario y lo étnico, otorga un trato muy especial para lo raizal que no disfrutan otros grupos étnicos nacionales. Se le otorgan instrumentos legales propios para forjar su propio camino de reivindicación. Allí están para ser aprovechados.
WELCOME, WELCOME
Es importante no ignorar al resto de isleños porque permitiría a lo raizal dimensionar mejor los límites y alcances de las propuestas y metas étnicas. Y antes de poder verse tú a tú con el gobierno nacional para avanzar la agenda raizal, es importante que la cuestión raizal balancee y sopese las implicaciones de sus estrategias y objetivos para el resto de la comunidad isleña.
En ese contexto, es importante estrechar puentes y abrir canales de comunicación con otras comunidades. El multiculturalismo ha hecho de San Andrés lo que es hoy día y hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan.
Para ello debemos superar o manejar mejor dos paradojas: el disfrute de los beneficios económicos del multiculturalismo y del turismo, pero al mismo tiempo promover la diferenciación cultural como condición de supervivencia. Y favorecer el fortalecimiento del turismo que promueve el multiculturalismo, al mismo tiempo que afecta la individualidad cultural que es la esencia de lo étnico.
Es tiempo también de dejar de echar culpas. Sabemos que se usó el flujo migratorio como elemento de consolidación de soberanía, pero no se debe estigmatizar a todo un grupo de isleños por una política estatal. Estaban totalmente inadvertidos de esa intención política, llegaron atraídos por las oportunidades económicas que ofrecía San Andrés que en todo caso los necesitaba, y han contribuido a construir lo que es hoy día un exitoso modelo turístico y comercial que de alguna manera beneficia a todos.
Nuestras manifestaciones culturales nos distinguen como isleños y por eso las designaciones de origen racial o geográfica fallan terriblemente en describir la verdadera esencia del isleño. El éxito del multiculturalismo en San Andrés radica en que ha logrado crear una sociedad que no pone barreras entre diferentes grupos, tiene un profundo sentido de pertenencia con la isla, ha desarrollado una cultural isleña con características propias y cada grupo ha sido tolerante de las aspiraciones de los otros.