Un niño de 12 años es llamado idiota por su maestra de matemáticas, de adulto termina casado con una prima y trabajando en una oficina pequeña de patentes, donde día a día ve llegar inventores, genios muy diferentes a él. ¿Lo llamarías fracasado?
Un adolescente es expulsado de un equipo de básquet por no ser suficientemente bueno, de adulto sus estadísticas hablan de más de 9000 rebotes perdidos, mas de trescientos juegos cedidos… ¿lo llamarías fracasado?
Un muchacho, pierde su prometida trágicamente, sufre un colapso nervioso, llega a la bancarrota dos veces, intenta como político y ¡fracasa en ocho elecciones!... ¿Es un acabado?
El hijo de color de una madre soltera blanca, con problemas de disciplina en la escuela, es encontrado fumando mariguana. ¿No tiene futuro?
Un alumno es apartado de su clase: “no eres inteligente y tu personalidad te condena al fracaso”
Cuatro Jóvenes emocionados llevan su música a una discografía, la respuesta los aturde, “tienen un sonido que no gusta y la guitarra suena pasada de moda”….
Un padre lleva ilusionado a su muy pequeño hijo al club River Plate, promete que si el club se ocupa del tratamiento de crecimiento de su hijo, las recompensas superaran las expectativas del equipo, es despachado, con su hijito, sus necesidades y sus sueños.
Un pintor muere en la pobreza, condenado por una enfermedad mental en ese momento desconocida, jamás vendió un cuadro mientras vivía.
Hay que tener cuidado a quien llamamos idiota, fracasado, sin futuro: El idiota de 12 años, se llamaba Albert Einstein, el basquetbolista: Michael Jordan, el político de mala suerte: Abraham Lincoln, el niño sin padre: Barack Obama, El alumno condenado al fracaso: Thomas Alba Edison, Los cuatro jóvenes: Paul, Jhon, Ringo, George; el niño que no crecia: Leonel Messi, el pintor: van Gogh…
El éxito es una sinergia de circunstancias, es una parte de talento, una de suerte, y noventa y ocho de terquedad, ser exitoso requiere ser sordo a veces, ser ciego para las distracciones, ser novedoso para superar obstáculos.
Por otra parte, que triste es pasar a la historia como la anécdota que un famoso cuenta en su biografía, que salió adelante a pesar de tu comentario, que uso tu desgano para atar su cometa y volarla…
Cuidado, cuidado, entre cientos de miles de imbéciles, hay uno o un par que brillará como supernova, que cerrará nuestra boca, que será astronauta, que se ganará un Nobel, un Òscar, un príncipe de Asturias y una copa del mundo.
Por ahora, como rutina, mi hijo y yo escribimos discursos de aceptación, opcionales para los distintos premios, ensayamos mi saludo a la cámara cuando el agradezca a su mamá, hacemos conciertos, llenamos estadios: soñamos… luego, nos quedamos dormidos entre nuestros cientos de galardones imaginarios. Un par de idiotas.
