"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted...
...Y cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada." Ayn Rand (1950).
Nunca más oportunas las palabras de la autora de esa magnífica novela que es Atlas Shrugged, traducida al español como La rebelión de Atlas, una suerte de anticipo de lo que nos está pasando, nació en San Petersburgo en 1905 la filósofa y escritora estadounidense (de origen ruso) Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida en el mundo de las letras bajo el seudónimo de Ayn Rand, quién falleció en marzo de 1982 en New York.
La perfidia en algunos miembros destroza la percepción y la imagen de la institución policial en nuestro Departamento, encargada de las llaves del orden, de la disciplina y de la legalidad en el comportamiento social.
Pero cuidado en creer que solo en ese cuerpo hay presencia de tumores malignos, ya lo dijo nuestro mandatario que en cada sitio que pone el dedo sale pus, refiriéndose a la Dirección Nacional de Estupefacientes.
Nos percatamos hace un par de años de cómo desde la isla de San Andrés salían embarques de pasta de coca por mar hacía el Norte y fue muy fácil la reflexión sobre la forma del aprovisionamiento ya que no tenemos producción local.
Es un paso difícil que debemos superar, no solo la policía sino todos, ya que no ganamos mucho limpiando nuestras conciencias en los descubrimientos de su contrainteligencia puesto que en este ajedrez mucho esta interrelacionado en oscuros e increíbles callejones de luz.
Bajo la filosofía del éxito, el oro es rey y los métodos para obtenerlo no tienen moral, no tienen ética, el poder del dinero prima sobre la vida, sobre la coexistencia pacífica y armoniosa.
Pérfidos, desleales, traidores, faltan a la fidelidad, engañan a los demás, están presentes a toda hora en nuestro contorno, dentro y fuera de nosotros mismos, son los caminos que conducen a la extinción de principios y valores que nos llevan a la animalización de la especie pero sin siquiera el instinto de preservación.
Kent Francis James
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