Esa historia de nuestro territorio que fue de la colonia española por los derechos de la conquista, pero usufructuado por ocupantes británicos, holandeses y franceses, principalmente y por subordinados africanos y asiáticos, constituye una combinación de razas, mitos y costumbres típica del Caribe.
Ubicados como estamos, equidistantes en las américas y a razonable distancia de Europa, en un mar trasparente como ninguno, con la tercera barrera de arrecifes coralinos más extensa del planeta tierra; rica y abundante en fauna y flora, estación de especies migratorias de este lado del continente americano, es verdadero espectáculo para los naturalistas.
Las islas Providencia y Santa Catalina son un espacio de sana convivencia humana y de equilibrio ambiental que amerita proyectarse como destino verde. Están sobre la ruta Portobelo-Havana que usaban los galeones españoles en el trasporte de las riquezas provenientes del Perú que por el pacífico a lomo de mula cruzaban el istmo, para reembarcarse en el Caribe panameño con rumbo Cuba-Europa.
Corsarios, bucaneros y piratas dominaron por el eje Port Royal-Old Providence al acecho de los tesoros. En los mapas más antiguos de países europeos aparecen en forma destacadísima estas islas del archipiélago ahora colombiano.
Navegantes holandeses frecuentaban Santa Catalina y Providencia antes de 1629 como registraron los puritanos que en nuestro puerto atracaron la embarcación Seaflower con intensiones de establecerse.
Desde entonces convive con el Caribe insular, siendo Jamaica su proveedor del poblamiento de blancos y negros hasta mediados del siglo XX.
Old Providence tiene historia, tiene naturaleza sana, variada y abundante, tiene encanto, magia y narraciones, tiene música y cadencia en sus mujeres y hombres. Es un destino de proyecciones universales para un objetivo verde. Es una delicada joya por compartir.
En los programas de turismo multidestino de la comunidad del gran Caribe hay inmensas posibilidades para vincular a nuestro archipiélago a proyectos estables que tienen como destino al continente centroamericano y a islas como Jamaica y Grand Cayman, en busca de menor cantidad pero mucha más calidad y sanidad en los visitantes.
Obviamente adecuando el destino en facilidades, correcto comportamiento y profesionalidad del receptor, en aprovisionamiento de elementos esenciales como el agua potable que dicho sea de paso, tiene una represa en el sector de Fresh Water Bay que está en mora de un mantenimiento correspondiente.
(Por Kent francis James)