La muerte de Kaleth Morales en un accidente absurdo, estremeció los cimientos de la música vallenata; todos al unísono manifestamos un hondo pesar. Kaleth era parte del futuro promisorio especialmente a nivel internacional de la música de Francisco el hombre.
Entonces lloraron los vallenatos, enmudecieron los acordeones, las nubes se bebieron las lágrimas de las musas del Guatapuri, pero hoy son las nubes del Caribe las que se beben las lágrimas de las Diosas de la Mar.
La partida tan temprana de Eugenio Hawkins Pedroza, ‘Genito’, además de dejarnos con el más profundo dolor de amigo, nos deja con la enorme nostalgia de saber que el tenia un espacio asegurado en el firmamento de las estrellas de la música.
Al igual que Kaleth eran unas trombas vivientes, el uno una tromba vallenata y el otro una tromba marina del dance hall y el reggaetón. Los dos pasaron por la vida con la velocidad que solo tienen los que nacieron de la luz.
Genito era lo hermosamente intrépido de la existencia humana, era como un rio cuyas aguas son capaces de llevarse por delante hasta la vida, era un volcán en erupción que bañaba con la lava de su alegría y de su juventud un pueblo entero.
Yo particularmente quiero seguir recordándolo como lo conocí, con la irreverencia que solo tienen los inmortales, que por eso se van tan temprano, porque son como la primavera, que viene coquetea y se vá.
Desde hace varios días, en el firmamento no dejan de cantar el Arcoíris, porque a Celestial Stereo, llego un huracán del Caribe que ahora es el dueño de la sintonía, y hasta llegó con Tapa Azul para alegrar la fiesta.
* Fotografías de Richard García en la ceremonia en la Iglesia Bautista Hispana.