O en otra vida, mejor, quiero ser bruta, brutísima, agradablemente bruta, inconmensurablemente bruta, de manera que no sepa que significa inconmensurablemente.
Yo quiero ocuparme de que la línea del manicure francés sea estrictamente recta, quiero que mi pelo se alineé a mis designios, quiero ser lisa como la Gioconda, sin ningún código a mis espaldas, simplemente lisa. No quiero conocer a Kant, ni a Marx, o a Rousseau, quiero que Sartre, me suene a Sastre, que Descartes sea la forma del verbo en segunda persona: “cuando tu “descartes” eso…
Quiero ir a misa y dejarme seducir por el “opio de los pueblos”.
Quiero leer poco, hablar poco, enojarme poco… sonreír mucho, asentir mucho, gustar mucho. Quiero creer que Ricardo Arjona es un filosofo, que Platón es un plato grande, que los griegos clásicos jugaron en el mundial del 56, que muy interesante es una revista de ciencias.
Quiero preguntarle a la gente su signo para saber si nos llevaremos bien. Quiero decir que me vi el ciudadano Kane a color.
Quiero vender mi voto, para quejarme luego de la inseguridad. Quiero estudiar poco y alegar discriminación de raza, género, religión, etc. Quiero poder decir que no puedo, porque soy mujer, madre soltera, descendiente de judíos, descendiente de negros, descendiente de indios, porque soy isleña, porque parezco paña, porque mis papás se separaron, porque mi profesor no me quiere, porque hoy llovió mucho, porque hace tiempo no llueve, porque es difícil, porque yo no sé.
Quiero llenarme de hijos y pedir subsidios, faltar al trabajo y luego renegar de mi pobreza, beber alcohol y luego rezar por comida… No pagar impuestos y exigir como si lo hiciera. Quiero pedir petróleo para matar corales. Quiero creer que mi futuro lo deciden otros, más grandes y mejores.
Quiero decir por alguna vez: “estoy de acuerdo”, sin comas, sin comillas, sin ironías, sin peros, solo “¡estoy de acuerdo…!”, sin segundos argumentos, sin reverberaciones. Quiero creer sin pensar, sin pedir explicaciones, sin sospechar de los sentidos, quiero renunciar al entendimiento del mundo, a los sinónimos, a las complejidades de mi mente. Deseo de corazón ser menos incisiva, corrosiva e incómoda.
Quiero ser simple, y bruta, muy, muy bruta… si hoy lo fuera, ya seria lisa, subsidiada y sonriente.