Murió Leandro Díaz, el colega de Pablo Neruda

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Allá en Hato Nuevo, Guajira, la vida transcurría normal hasta que hace 85 años se estremeció esa tierra de juglares con el nacimiento de Leandro Díaz.

De familia totalmente humilde, sufrió todo el rigor de ser pobre y haber nacido ciego, pero lo que no sabían su familia y sus paisanos, es que la mañana-noche de su nacimiento, la estrella de David se posó sobre el cerro más alto de su pueblo, porque Leandro sería el ‘hatonuevero’ más famoso de todos los tiempos.

Como él mismo cantó, que nació una mañana cualquiera allá por su tierra un día de carnaval y que desde entonces le compuso a su mal como fue la ceguera. Pero como también el repetía muy a menudo a modo recompensa recompensa, Dios le dio los ojos bellos del alma.

Y así con esos ojos bellos del alma le cantó a Matilde Lina, a la Que se fue, a la Diosa coronada, a sus paisanos alegrándose con la llegada del teléfono a su tierra, cuando dijo: “Hoy cuenta la tierra mía con Telecom en la sierra, hoy se comunica mi gente con todos los pueblos del mundo”.

El Isleño les presenta a todos los amantes del vallenato la más sentida voz de condolencia folclórica. Leandro Díaz, a quien su familia descuidó en su infancia –al punto que sus amiguitos le quitaban de encima las garrapatas–, es quizás el más autóctono de los compositores de su época en la que destacaron grandes hombres como Rafael Escalona, Esteban Montaño, Luis Enrique Martínez, el malogrado Fredy Molina, Gustavo Gutiérrez y Rubén Darío Salcedo en las sabanas de Sucre o el viejo Bolívar.

Qué bueno que así como Gabito se gozó a Leandro, cuya canción ‘La Diosa Coronada’ inmortalizó en ‘El Amor en los tiempos del cólera’ haciendo mención de ella en uno de los más bellos pasajes de la novela; el poeta Pablo Neruda también hubiese tenido esa oportunidad: estamos seguros de que el escritor de ‘Confieso que he Vivido’ lo hubiera escuchado con tal devoción que le hubiera dado la calidad de colega…

Paz en la tumba del ciego más querido del mundo, el maestro Leandro Díaz.