El caos se tomó la peatonal

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A raíz de los disturbios ocurridos el fin de semana pasado, el empresario turístico Carlos Mendes Ribeiro, propietario de los hoteles Portobelo de San Andrés, envió una misiva a esta redacción denunciando hechos escandalosos que se vienen presentando hace años en la peatonal, donde ruidos sin control, pleitos y basuras, alteran la tranquilidad de los visitantes del sector. A continuación la carta abierta

Señor Director:

 


No es posible entender como siendo el turismo la única posibilidad de subsistencia de todos y cada uno de los habitantes de las islas, estemos dejando que la anarquía oriente nuestro futuro hacia una degradación progresiva que en poco tiempo acabará con las pocas posibilidades de competitividad que aún le quedan a este archipiélago.


Presa de quienes hemos sido tolerantes y hemos permitido en silencio que se explote este maravilloso regalo de la naturaleza, por quienes no tienen conciencia, ni compromiso con el futuro sino solamente con los resultados económicos inmediatos.


Mucho más asombro y perplejidad produce el vernos inermes y vulnerables ante estos actores, que parecería, están por encima de la Ley, pues no hay autoridad alguna que nos defienda y proteja el interés general y el bien común de sus acciones depredadoras y egoístas.


Existe un principio rector de convivencia y paz social y es el respeto, tanto por las personas como sus actividades. Cuando este elemental principio se quebranta, la sociedad se enfrenta y se destruye.


Los hechos del fin de semana


Sirvan estas referencias para contextualizar los hechos ocurridos el domingo en la noche en la peatonal entre los hoteles Toné y Bahía Sardina, que muestran palmariamente la resultante de un problema por más de tres años denunciado, ante todas las instancias, sin que hasta el momento, ni el Gobierno Departamental, ni Coralina, ni la Policía, ni la Procuraduría Ambiental, ni nadie haya tomado con la seriedad y responsabilidad que corresponde, las acciones para corregir el problema.


Solo queda clamar al cielo por una solución porque está visto que aquí no se puede regular el uso de la propiedad privada, ni muchísimo menos el espacio público como es mandato de nuestra Constitución.


Lo del domingo en la Peatonal: heridos, enfrentamiento en la vía pública, policías lesionados, gases lacrimógenos, atraco a turistas en medio de la confusión, son apenas el resultado de la falta de autoridad. No es otra cosa. Y cuando uno indaga cada representante de la autoridad descarga la culpa en las otras instancias de control.


La Peatonal es el espacio público por excelencia, una zona para  el sano esparcimiento, para el deambular familiar, donde los niños los adultos disfruten de la naturaleza. Debe ser zona de paz, de contemplación, de descanso y paseo tranquilo. Pero no, hay quienes consideran que la “rumba” el ruido ensordecedor, la suciedad, el desorden, el rebusque y el licor son los actores que allí deben gobernar las acciones.


Quiere decir que el Estado realizó una inversión multimillonaria no para mejorar la oferta de espacios turísticos en la isla, sino  para que reinara en ella el poder del más fuerte y se explotara como bien propio de unos pocos, en detrimento de toda la sociedad.


¿Cómo es que el escenario más importante de nuestra ciudad está en manos de la anarquía y el uso privado?


¿Cómo pretendemos entonces señor Director, que San Andrés trate de ser competitivo con conductas y acciones perversas que lo único que hacen es demeritar y enviar el mensaje que esta isla es un destino  desordenado, peligroso y donde no es posible descansar por el ruido y la agresividad  con que se convive?


¿Quién pensará en invertir en proyectos a largo plazo en las islas?


Dentro de todas las visiones de futuro conciliadas y construidas colectivamente por las mesas de trabajo realizadas de manera incluyente, la comunidad en su conjunto ha dibujado una visión futura de este destino como un sitio de altísimas calidades que en conjugación con la naturaleza tan maravillosa que nos rodea, nos proyecte como un punto de convergencia del turismo de más alta calidad.


¿Cómo es entonces que quienes están obligados a  preservar y orientar el desarrollo hacia ese anhelo, se desentienden de la solución de los problemas y permiten por omisión, el daño progresivo al futuro de nuestra comunidad?


Señor Director, o la comunidad exige que se regule y se controle el desarrollo de las actividades privadas sin dañar a los vecinos,  o dentro de muy poco asistiremos al entierro de nuestro destino turístico, con perjuicio directo para todos los que aquí habitamos.


Atentamente


Carlos Mendes Ribeiro Jr.

Última actualización ( Jueves, 02 de Febrero de 2012 05:27 )