Si bien esta indiscreta localización -suponemos- es producto de la sucesión legal de la que pudo ser objeto la propiedad; sería pertinente, congruente y sobre todo, oportuno, prestarle la atención debida; es decir, hacerla visible categorizándola de acuerdo a la relevancia histórica que se merece.
Para que la paz del silencio sagrado -en vez de un ruidoso mofle- sea su eterna compañía...