Recientemente, la procuradora ambiental en un período de seis meses contados a partir del 20 de noviembre, conminó a la gobernadora de las islas a construir un coso para la protección de los animales que deambulan por las calles sin dueños.

Si el gobierno y la sociedad no se inmutan por los indigentes que deambulan por las calles de la isla, mucho menos lo van a hacer por los animales; total, ni los caballos, ni los perros votan.

La salud mental en el archipiélago es tan frágil y hasta más importante que el mismo fallo de La Haya, alrededor del cual ha estado girando toda la atención nacional y regional. Pero precisamente, por cierto estado de demencia colectiva, no nos estamos dando cuenta de que estamos tan graves en dicha materia.

Existe una mezcla de drogadicción, alcoholismo, problemas psicológicos y abandono total en personajes que deambulan las calles y nadie se hace cargo. ¿Por qué? ¿No son humanos, que merecen una vida digna? ¿Dónde están los millones de pesos que el gobierno nacional quiere invertir en San Andrés?

Es que “los loquitos”, no pueden hacer préstamos y ni siquiera salen a votar.

Últimamente se han visto muchos amantes de los animales vacunando y alimentando a los perros callejeros; inclusive los bañan y hasta tienen mejor aspecto que “los hijos del paisaje”. Pero el gobierno sigue haciéndose el de la vista gorda y no hace absolutamente nada.

Por otra parte, los menores infractores siguen encerrados en un coliseo de basquetbol, mientras que ‘personas pensantes’ y las instituciones responsables supuestamente encargadas del tema, polemizan alrededor de dónde se debe construir el sitio de reclusión para estos niños.

A lo mejor en esta sociedad perfecta, no tendremos nunca hijos descarrilados…Total, los menores de edad con necesidad de educación o rehabilitación, tampoco votan.

En San Andrés no hay coso, ni parques… Al fin y al cabo, ni los niños, ni los ancianos, ni los perros, ni los indigentes votan.  ¿Será que estorban?