¿En manos de quién estamos?

Imprimir

NADINLa postura de la canciller María Ángela Holguín, es parecida a la del entrenador de boxeo que tira la toalla ante la inminente derrota de su pupilo.

Y en vez de hacer alarde de la validez de sus argumentos jurídicos frente a Nicaragua, prefiere la ininteligible actitud de Pirro, aquel rey guerrero de la antigüedad que posee el dudoso honor de haber dado origen a la expresión `victoria pírrica`, contentándose con permanecer con la sola posesión de las islas de San Andrés, Providencia, y Santa Catalina. Como si los cayos Roncador, Serrana, Serranilla, y Quitasueño, fueran cosa de poca monta.

Que tristeza pertenecer a una Colombia así. Poco dolor de patria muestran sus dirigentes al darse por vencidos antes de tiempo, sin importarle el perjuicio que causará a los habitantes de las islas un desmembramiento, de un solo tajo, además, del territorio insular en la forma como lo han admitido de antemano.

Que escasa sensibilidad delatan al no preocuparles en nada la supervivencia del pueblo isleño, que  quedará letalmente herida con la reducción de las zonas de pesca artesanal que tradicionalmente ha sido la actividad que le da el pan de cada día.  Eso sin contar con la grande desmoralización que producirá en el espíritu de cada uno de sus integrantes semejante suceso.

La idea de que el diferendo limítrofe entre Colombia y Nicaragua se resuelva con el cercenamiento del actual archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina, y todos sus cayos reconocidos, produce una indignación terrible, pero da algo peor que nuestra cancillería no esté a la altura de las circunstancias.

No nos extrañemos, como ya dijo alguien por en la prensa nacional, que más adelante esta Colombia pusilánime termine asociándose con Nicaragua para extraer el petróleo que hay en la región y que no pudo desenterrar directamente a raíz de la heroica y amorosa defensa de la Reserva de la Biosfera que los isleños hicieron en su momento.

Tengan por seguro que el Estado colombiano necesitará de mucha creatividad y compromiso para superar el inconformismo que generará en los isleños si llega a producirse un revés de tan profundo y mortífero impacto.

COLETILLA: La carta del Defensor del Pueblo de las Islas Fidel Corpus Suárez, dirigida a la CIJ es un acto de valentía y verdadero orgullo patrio, que todos los colombianos debiéramos replicar.