Anato y la magia de Seaflower

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LUNAZZICómo en los últimos cuatro años, en forma creciente y sostenida, la delegación de las islas marchó hacia la Vitrina Internacional de Anato unida bajo el liderazgo -como corresponde- de los Gobiernos Departamental y Municipal y de los gremios productivos del archipiélago, reunidos a través del Cipar.

Una delegación sólida, robusta. Conceptualmente, cada vez más identificada con el concepto de sostenibilidad ambiental para poder posicionar con justificado orgullo nuestra condición de Reserva de Biosfera. A la postre, único camino viable para ir definiendo nuestra marca de destino.

Es que Seaflower es el nombre más adecuado y atractivo -desde todo punto de vista- para cobijar todos los conceptos sustentables que pueden coexistir bajo una gran sombrilla imaginaria de naturaleza, cultura y hábitat. Y bajo la sombra de ese frondoso árbol podemos y debemos entrar todos.

Las islas -tan agradecidas- siguen, a pesar de nuestros esfuerzos por degradarlas ambientalmente, produciendo oportunidades para propios y extraños. Es hora de devolver con educación y conciencia, todo lo que nos ha dado y más… En la Vitrina de Anato se firmaron muchos compromisos. Hay que enaltecerlos.

¿De qué manera? Ofreciendo cada vez un destino mejor: más aseado, más ordenado, más seguro.

Decía el célebre sociólogo Marshall McLuhan: “No hay pasajeros en la nave espacial Tierra. Todos somos tripulantes”. La nave se llama Seaflower y en Anato se demostró, en un breve ejercicio de tres días, que todos unidos bajo esa carta de navegación, podemos reencontrar los caminos de la sana prosperidad.

Última actualización ( Sábado, 03 de Marzo de 2012 07:13 )