Vivir sin fórmulas o la vida intensa de Álvaro Cepeda

Imprimir

LUNAZZIEs motivo de genuino orgullo y profunda emoción Caribe, advertir que ya está en las librerías de Colombia ‘Vivir sin fórmulas’, de Claudine Bancelin, la valerosa autora que se le midió a investigar y revelar la vida intensa de Álvaro Cepeda Samudio, ese genio ilimitado que nos dio Barranquilla.

Orgullo porque Bancelin es de las entrañas de esta casa editorial. Cronista, columnista, correctora; pero sobre todo consejera, desde hace muchos años, cuando llegó a San Andrés como corresponsal del diario El Tiempo en 1986 y nos dio a todos una visión distinguida del oficio que dejó su impronta indeleble.

Profunda emoción Caribe, porque Cepeda Samudio es un ícono del periodismo en todas sus modalidades; de la literatura que fue boom en los años 60’; del cine; de la publicidad; de la vida bohemia y parrandera de una Barranquilla que irradió desde La Cueva y La Tiendecita una verdadera forma de vida que hoy se añora. Se recuerda con nostalgia militante.

El libro, sin prólogos, ni preludios, va directo a la yugular. Como eximia  reportera, Bancelin se adentra en el espíritu del personaje y nos relata nacimiento, vida, obra y mucho más de este huracán de pasiones que era Cepeda Samudio. Aun después de su muerte cuando poetas de la vida siguen visitándolo en su morada de los Jardines del Recuerdo.

En sus páginas desfilan Gabriel García Márquez, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Tita Cepeda, Julio Mario Santo Domingo, Daniel Samper Pizano y muchos amigos más, que recrean las anécdotas más entrañables de este legendario y memorable personaje.

Como todo gran protagonista desató polémicas; despertó sentimientos encontrados, antagónicos. Amores y odios. Así fue su vida y así lo refleja Bancelin en esta rigurosa, significativa y estupenda obra que en buena hora nos entrega Editorial Planeta. El afecto y la familiaridad con la autora -al menos esta vez- no nos hizo extraviar la objetividad crítica.

“Luego de ocho años de averiguar sobre Álvaro, soñé con él. Estábamos en un lugar concurrido, en una fiesta quizá. De pronto llegó Álvaro y me preguntó: ¿Y qué quieres saber de mí?”. En este fragmento del epílogo de ‘Vivir sin formulas’ se encuentra la clave del asunto: la respuesta está en las 200 y tantas páginas anteriores.

 

Última actualización ( Sábado, 25 de Febrero de 2012 12:45 )