No preguntes que puede hacer tu país por ti…

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EDNA.RUEDEAEn la sala de la casa de mis abuelos había un busto pequeñito de John F. Kennedy, había llegado en un viaje desde el norte, llegó con el final de los 60’s y con una frase que definió mi opinión política siempre: “No preguntes que puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tu por tu país”… ¿Y yo que puedo hacer?

Hay tres cosas fundamentales que yo creo que se puede hacer:

Primero, votar: votar inteligentemente, mas allá del sancocho, más allá de la moneda el día de las elecciones, leer lo que se escribe desde ambos extremos de la opinión, estimar los valores que parecen importantes para el candidato, evaluar su curriculum, su educación, evaluar desde su ortografía, hasta su forma de leer, entender sus proyectos y permitirse participar en ellos.

Votar es tan importante que es la razón de la historia de la política, desde Pericles en la Grecia amamantadora de la democracia hasta las batallas de independencia, pasando por la decisión de dar el voto a todas las razas y las mujeres, se vuelve una obligación con los miles de soldados muertos, con Simón Bolívar, con Eva Perón, con Nelson Mandela. Vender el voto no dista mucho de ser un Judas en la última cena, con treinta monedas de plata que no pagarán el hospital que no anda, la calle que no se pavimenta, la violencia que te mata.

Segundo, cumplir: pagar impuestos, salir a trabajar, hacer empresa, crear, no botar basura en la calle, no contaminar aquello que es mío y a la vez no lo es. Porque es mi playa, pero es mas de mi hijo, porque es mi mar sin petróleo, pero es también del nieto que no conozco. Estudiar, crecer, moverme: es mi obligación con mi país, con mis patrias: la chica y la grande. Abrir un camino que parecía cerrado, seguir caminos abiertos por otros, si estos son buenos para muchos.

Tercero, opinar: hacerme sentir es mi obligación, no solo mi derecho. Diferir, incluso con aquellos con los que más coincido, pues creer nunca me ha hecho fanática,  por eso puedo encontrar en el otro algún argumento válido, incluso cuando este  se considera mi rival, puedo también intentar convencerlo de mi punto de vista, porque poseo la palabra, como la posee cualquier humano que se considera así mismo humano, no necesito la cohesión ni el miedo para provocar afiliación.

Para aquellos que las religiones han decepcionado (las religiones y no Dios), la democracia es nuestro culto, creo en dar a cada uno aquello que merece, creo que el gobierno ha de ser garante de educación y salud, que deberá ofrecer a cada ciudadano la oportunidad de ser todo aquello que pueda/quiera ser, no se limita el progreso por el origen.

En fin, creo que el gobernante es un súbdito del pueblo, no su tirano, pero también creo que el poder del que goza se lo dimos un día, y se lo podemos quitar en otro.  Yo creo que el culmen de la evolución es el cerebro humano y más allá de esto solo considero que pueda estar la asociación de varias mentes para buscar el bienestar de todos.