El pensamiento insular y el marco legal

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JORGE.SANCHEZLa región insular de Colombia se define como el conjunto de las islas, cayos e islotes alejadas de las costas continentales, como son las islas Malpelo y Gorgona en el océano Pacífico y el Archipiélago de San Andrés y Providencia y Santa Catalina en el mar Caribe, con una investidura distintiva, la de vivir en un territorio desconectado y aislado, regidos por usos y costumbres diferenciadores del territorio continental.

Sin embargo, es necesario cuestionarnos en qué significa ésta insularidad y qué responsabilidades le impone esta condición a cada individuo, independientemente de las diferencias étnicas, de origen y culturales.

El pensamiento insular es diferente al continental por la naturaleza misma del territorio, a la cual se suman temas como la disponibilidad, el acceso a los recursos naturales y no naturales, costos de vida, acceso a servicios estatales y privados, etc.

La autosostenibilidad a pequeña y mediana escala, es decir, en el hogar y en comunidad, se afecta por las limitaciones naturales de la vida en territorios insulares y desconectados.

Existe la idea de que la justicia, el orden, el bien común, el respeto por los derechos fundamentales se materializan por el Estado; descargando en éste las responsabilidades que por ende son del ciudadano; con lo cual el rol del gobierno es percibido como el de un gran hermano que se ocupa hasta de los asuntos más íntimos.

En el archipiélago de San Andrés pareciera que la figura del ciudadano autónomo y responsable ha desaparecido, una comunidad así, dispersa y errática, no muestra señales de progreso sostenibles en el tiempo. Es hora de conformar una sociedad en la modernidad, con miras a la transformación, sin distinción de las diferencias de clase, origen, étnicos, económicos y sociales.

Así las cosas, se hacen necesarios individuos responsables, conscientes de que el Estado, entre otras cosas, está llamado a vigilar y corregir las actividades privadas, del mismo modo es necesario que se comprenda que las leyes existen por encima de la voluntad de los individuos, toda vez que en tanto las personas no posean la voluntad de apegarse a ellas, nos conducirá al fracaso de la organización humana.

*Miembros de la ONG Help 2 Oceans Foundation

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresen.